lunes, 31 de agosto de 2009

El Mezcal, elixir supremo en la Hacienda de San Diego del Jaral de Berrio

Estas son las barricas que están esperando ser transportadas a la zona de producción y añejamiento del Mezcal.

Dentro del lenguaje técnico que se maneja en la producción de vinos, nos encontramos con una palabra árabe, recordarás que aquí en El Bable, hemos visto ya varias palabras que tienen su origen en esos ochocientos años de dominación árabe en la península ibérica, casualmente casi todas esas comentadas anteriormente comienzan con Al, como es el caso de la de hoy: “El alambique (del árabe al-inbiq الأنبيق) es el aparato utilizado para destilación de líquidos mediante un proceso de evaporación por calentamiento y posterior condensación por enfriamiento. Fue inventado por los árabes alrededor del siglo X de nuestra era y se usa para producir perfumes, medicinas y el alcohol procedente de frutas fermentadas”. Tomado de Wikipedia.

Las cajas conteniendo las botellas con los elíxires del agave de Jaral de Berrio serán distribuidas en las licorerías de mayor prestigio en México y el mundo.

El primer embajador de la Gran Bretaña en México, Henry George Ward, comenta en su libro México en 1827 lo siguiente: “… una bebida fuerte llamada vino mezcal, parecida al whisky por su sabor, pero que se saca del maguey en una destiladera recientemente establecida por el marqués…”

Esta es la entrada a la destilería, ahí no hay acceso al público, se localiza a un costado de la espléndida mansión de los de Moncada y Fernández de Córdoba.

Cuando hablamos de bebidas alcohólicas netamente mexicanas no referimos siempre al Tequila, el que ha cobrado mas fama, especialmente en los últimos años, pero olvidamos que el Tequila es en realidad una variedad de Mezcal, de hecho es Mezcal de Tequila. Al Mezcal lo hemos asociado con el que se produce en Oaxaca y que tiene la característica de tener dentro de la botella un gusano, el haypopta agavis. Pero los Mezcales no solo se producen en Oaxaca, en el norte de Guanajuato también. Y es precisamente en Jaral de Berrio donde se envasa uno de ellos, al cual se le dio la denominación de origen DOC en noviembre de 2001. Hacia el sur este del Estado de Guanajuato hay otra zona que tiene denominación de origen, ésta es para el Tequila y está en Corralejo, municipio de Pénjamo.

Aquí podemos apreciar todo el edificio que ocupa la destilería del Mezcal Jaral de Berrio.

El Gran Berrio
Un coctel en homenaje al Marqués del Jaral de Berrio
Por Esmeralda Watson

El Marqués del Jaral de Berrio, Conde de San Mateo de Valparaíso, erigió su hacienda de mezcal hace 240 años. Tenía mucho orgullo de su tierra, del agave del que extraía su delicioso mezcal Jaral de Berrio.

Ahora Jaral de Berrio presenta su más reciente coctel El Gran Berrio en honor del Marqués.

Gran Berrio

Ingredientes:
1 parte de mezcal
2 partes de jugo de arándano (cranberry)
Unas gotas de zumo de limón.
…Shaken but not stirred.


Tomado de la revista Casas&Gente, # 207, Julio Agosto 2006

En los pasillos de la Casa Grande de la Hacienda de San Diego del Jaral de Berrio se pueden ver los cientos de botellas que dentro de poco serán llenados con la estupenda bebida que solo la tierra de Guanajuato produce.


Si quieres saber más acerca del Mezcal Jaral de Berrio, este es su sitio:
http://www.jaraldeberrio.com/index1.html

Si te interesa adentrarte en lo que es el Mezcal, aquí encontrarás información:
http://es.wikipedia.org/wiki/Mezcal

domingo, 30 de agosto de 2009

Los propietarios de la Hacienda de San Diego del Jaral de Berrio

Advertencia: Este artículo es en verdad largo… pero interesante. Las fotografías corresponden a la planta baja de la Hacienda y, especialmente, a la espectacular escalera que conduce a lo que fueran las habitaciones principales de sus propietarios.

Uno de los vestigios mas impactantes que podamos ver en la zona norte de Guanajuato, la que fuera la hacienda más rica en la época colonial, tan rica que se volvió un Mayorazgo compuesto por 99 haciendas distribuidas desde los alrededores de la Ciudad de México hasta Zacatecas, es la de San Diego del Jaral de Berrio, se dice que el ganado que pastaba en toda la zona centro del país lo hacía en las propiedades de la misma persona: el Marqués de Jaral de Berrio.

La historia de la Hacienda de San Diego del Jaral es bien interesante, al adentrarnos en ella nos podemos dar cuenta de cómo las relaciones y cargos políticos pueden acrecentar ilimitadamente la fortuna de alguien que con visión aprovecha su momento histórico, todo comenzó en Vizcaya, España en 1559 cuando nace Juan Zavala y Ferranga que a los 30 años llega a Zacatecas a dirigir la operación de las ricas minas de plata recién descubiertas. Tres años mas tarde continúa su labor pero ahora en las minas de San Luis Potosí. Con una acrecentada fortuna adquiere vastas extensiones en el Valle de San Francisco, el que se levanta al norte del Estado de Guanajuato y sur del de San Luis Potosí.

Supo aprovechar el agua de lluvia, concibió una presa e hizo producir las fértiles tierras del valle. El Camino Real de Tierra Adentro que unía a Zacatecas con Querétaro pasaba cerca de ahí, era el punto adecuado para conectar con las recién descubiertas minas de San Luis Potosí, la estratégica ubicación de la hacienda ayudó a fortalecer su prosperidad. En menos de veinte años Juan Zavala logra concentrar una de las fortunas mas grandes de la época, para 1609 deja la hacienda para irse a la Ciudad de México al ser nombrado Alguacil Mayor de la Ciudad.

Como suele suceder en estos casos, Juan Zavala llama a uno de sus sobrinos para que se venga a México a hacerse cargo de sus propiedades y le renta la Hacienda del Jaral, esto sucede en 1613. Para 1631 es comprada por otro acaudalado, Prudencio de Ardentía. Cuatro décadas mas tarde es vendida una vez más. El hijo de su segundo administrador, ya había hecho la suficiente riqueza para comprar la propiedad y lo hace, se trataba de Juan Ruiz de Zavala y Lois, era ya el año de 1672, la Hacienda llevaba ya cuatro dueños en su corta historia.

Poco tiempo después aparece un nuevo comprador, se trataba del que fuera el Apartador General del Oro y la Plata en la Ciudad de México, el Capitán Caballero de la Orden de Santiago don José de Retes y Ortiz de Largacha y Salazar. Por la cantidad de apellidos nos podemos hacer una idea del tamaño de su riqueza. Es el quién por primera vez hereda la hacienda a uno de sus descendientes, todos los anteriores no tuvieron hijos, por eso fue que se vendió una y otra vez. En 1687 quien recibe la herencia es Teresa Francisca de Retes Paz y Vera, que casa con su primo hermano, Domingo de Retes, marqués de San Jorge y vizconde de San Román, Caballero de la Orden de Alcántara. Murieron sin dejar descendencia.

Tiempo atrás José de Retes trajo a su sobrino Dámaso Zaldívar y Retes, el cual se volvió administrador de la hacienda y con el tiempo propietario. Es el quién compra la mansión en la Ciudad de México, lo que actualmente conocemos como Palacio de Iturbide, sede de Fomento Cultural Banamex, esa mansión fue el edificio mas alto de la Ciudad durante la época colonial y sin lugar a dudas el mas lujoso de todos. La compra se pudo hacer debido a la fortuna enorme con que contaba, todo gracias a la prosperidad de la Hacienda de San Diego desembolsar en ese entonces 32,000 pesos en oro era privilegio que muy pocos podían hacer.

Dámaso deja una numerosa prole, al morir la hacienda se reparte en partes iguales entre sus nueve hijos, uno de ellos, Teresa Josefa Zaldivar y Retes de Paz y Vera casa en segundas nupcias con un vizcaíno mas, el Capitán Andrés de Berrio y Díaz Palacios Ortiz de Landázuri y Ayala, Alcalde Mayor de la Ciudad de México. Van comprando a sus hermanos las partes heredadas y para principios del siglo XVIII la tienen ya como una sola propiedad. “Don Andrés no solo aumentó la herencia de sus suegros, consolidando la posición de las fincas, sino que al gran latifundio que tenía por centro la hacienda del Jaral, lo pobló de ganado y después lo dividió en varias fincas. Esta división del latifundio la hizo para mejor cuidar de su estado, siendo un atinado medio de política administrativa”. Carlos Sánchez Navarro, Memorias de un viejo palacio. México.

“Don Andrés de Berrio y su esposa doña Teresa Josefa, tuvieron varios hijos, entre ellos el futuro heredero del Jaral don José Calixto Miguel de Berrio y Zaldívar de Landázuri Retes Palacios Paz Ayala y Vera. Falleció don Andrés en la Ciudad de México el 2 de noviembre de 1747, su esposa, Teresa Josefa, siguió al frente de la hacienda y demás bienes en compañía de su hijo José Calixto Miguel, hasta que, muy vieja, murió el 23 de noviembre de 1779. Don José Calixto Miguel recibió una educación muy pulida, de acuerdo a su alto nivel social, y que estuvo a cargo de su madre y maestros. Fue él precisamente el constructor del templo que actualmente es parroquia de Jaral, casó con doña Ana María de Campa Cos Ceballos y Villegas, hija mayor de los primeros condes de San Mateo de Valparaíso, de los que heredó los cuantiosos bienes que formaban el condado y el título de Castilla, que llevó al matrimonio, incrementando la riqueza de los Berrio”.

Era 1779 cuando la hacienda tiene ya su noveno propietario, el heredero del marqués de Jaral y Berrio, José Calixto Miguel de Berrio y Zaldívar Ortiz de Landázuri Retes Palacios Paz Ayala y Vera, ni más ni menos. Apellidos suficientes tenía para impresionar a cualquiera. “Don Miguel de Berrio fue caballero principalísimo en el virreinato, habiendo desempeñado varios oficios como contador mayor decano y jubilado de la Real Audiencia de México, patrono de la iglesia del Dulce Nombre de San Bernardo Abad, miembro del Consejo de Su Majestad en el Real y Superior de Hacienda, alcalde ordinario de primer voto en 1743 y corregidor de la Ciudad de México, capitán del Ejército de la Nueva España, rector y diputado de la Muy Ilustre Mesa de Nuestra Señora de Aranzazu, caballero de la Orden Militar de Santiago y por enlace matrimonial fue conde consorte de San Mateo de Valparaíso. No satisfecho con eso pagó y buscó que el rey Carlos III le otorgase en 1774el título de marqués de l Jaral de Berrio y vizconde de Santa Ana y San Miguel…”

Esta que parece hasta aquí una historia digna de un cuento en donde abundan los títulos nobiliarios y las riquezas dejó de ser novela rosa para pasar a la tragedia, una de ellas se había dando antes, cuando un grupo de Chichimecas hiere mortalmente a don Dámaso. Sucede que la única hija del marqués de Jaral de Berrio, Mariana Guadalupe Ana “nacida en 1752, la que se unió en desastroso matrimonio el 6 de enero de 1768 en la capilla privada del palacio de sus padres en la Ciudad de México, con el aventurero y cazafortunas, nacido en Palermo, Italia, don Pedro de Moncada de Aragón Branciforte y Platamone, primer marqués de Villafont y conde de San Antonio… Doña Mariana Guadalupe Ana de Berrio y de la Campa y Cos llevó como dote al matrimonio la cantidad de $200,000 pesos que éste pronto derrochó en francachelas, parrandas, mujeres, vinos y malos negocios”.

El italiano hizo todo lo posible para administrar o, en todo caso, dilapidar la fortuna de los Berrio, cosa que no sucedió (lo de la administración) pues su esposa fue quien se puso al frente de la Hacienda con la ayuda de su hijo Juan Nepomuceno María de Guadalupe José Gumersindo Joaquín Miguel de Moncada y Berrio, era el año de 1799 cuando “celada y maltratada por su marido, sola, sufrida y triste, entregó su cuerpo a la tierra y su alma al creador”. La hacienda pasa a ser propiedad de Juan Nepomuceno.

“¡Para las mulas del Jaral los caballos de allá mismo!, era el dicho popular, muy antiguo que hace referencia a las buenas mulas y caballos que en esa hacienda se criaban; ganado de fama en toda la colonia por su corpulencia y buena resistencia para el trabajo de campo o de las minas y por su inmejorable prestancia y belleza, al grado que un brioso corcel de la cuadra personal del marqués sirvió para montar en él a Carlos IV, o sea que el escultor tolsá lo escogió como modelo para hacer la estatua ecuestre de ese rey que se terminó en 1803 y que todavía se conserva como gran obra de arte. El caballo que se inmortalizó se llamaba El Tambor.”

Casi medio siglo mas tarde, en 1850, su hijo hereda la propiedad, Juan Isidro de Moncada Berrio y Hurtado de Mendoza; marqués del Jaral de Berrio, conde de Mateo de Valparaíso y marqués de Villafont se convierte en el doceavo propietario de la Hacienda, eran los años aciagos que el México independiente no lograba estabilizarse ni política ni socialmente, sin embargo, la hacienda continua con su prosperidad, ya para finales del siglo XIX la hacienda pasa al hijo de éste último de los Berrio mencionados, y le sucede Francisco Cayo de Moncada y Fernández de Córdoba, la dinastía de los de Berrio termina.

Entre 1950 y 1955 su viuda, Margarita Raigosa y Moncada, vende la propiedad a Rutilo Rojas Rodríguez. Según el libro Haciendas del Estado de Guanajuato publicado en 1996 es Pedro Morales González su propietario, pero, según lo dice el diario Correo de Guanajuato es Jorge Guajardo su actual dueño. Sea el que sea el dueño del inmueble, si hay algo extraordinario, magnífico, elocuente, grandioso, lleno de historia, en el norte de Guanajuato, esa es la Hacienda de San Diego del Jaral de Berrio.

Todas las notas en cursiva han sido tomadas del libro Haciendas de Guanajuato del Maestro don Isauro Rionda, cronista de Guanajuato, Editorial la Rana, 1985.


sábado, 29 de agosto de 2009

La Hacienda de San Diego del Jaral de Berrio

Te he contado mucho sobre la zona del Bajío, ya la ubicamos en el mapa, sabemos que hacia el norte termina a los pies de la Sierra de Santa Rosa misma que va corriendo hacia el oriente para convertirse en la majestuosa Sierra Gorda, pero si nos seguimos en dirección norte entraremos a un inmenso valle, tan plano como el Bajío pero a mayor altura, es el Valle de San Francisco que abarca todo el norte de Guanajuato con los municipios de San Diego de la Unión y San Felipe Torresmochas, luego se adentra en la parte sur del estado de San Luis Potosí, es allí al centro de ese valle que se ubica la que fue la hacienda mas rica de todo México a lo largo de los siglos XVII, XVIII y buena parte del XIX, la Hacienda de San Diego de Jaral de Berrio.

El acceso es muy fácil, la nueva carretera que comunica a Silao con San Felipe hace sencillo llegar allí pues solo hay que seguir rumbo norte hacia Valle de los Reyes, SLP y se verá el entronque, es una terracería que inicia en lo que fuera la estación del ferrocarril, ese punto se llama Estación de Berrio, tres kilómetros adentro se ubica la majestuosa Hacienda que destaca de lo lejos, tenerla al frente es un impacto que te deja con la boca abierta. La parte nueva de la hacienda, la que fuera la última de las construcciones que se levantó en su vasto territorio, fue en 1890, de un estilo neoclásico que incluye cariátides y detalles escultóricos que bien pueden competir con cualquier palacio europeo.

La historia de la Hacienda va ligada al descubrimiento de las minas en el norte bárbaro de la Nueva España, ya que su ubicación es precisamente a medio camino entre Zacatecas y San Luis Potosí. Es también un claro ejemplo de la ilimitadas riquezas que había en México y que comenzaron a ser explotadas a finales del siglo XVI, la plata que se producía mas al norte requería de pastos, forrajes y granos para que los animales de tiro generaran la fuerza motriz para que su extracción fuera mas fácil, Zacatecas se unía por el Camino Real de Tierra Adentro con Querétaro, pasando muy cerca de la Hacienda de San Diego del Jaral y por allí continuaba hacia las minas de San Luis Potosí. La Hacienda prosperó con facilidad.

Un dato curioso encontramos al adentrarnos en su historia, en la historia de sus propietarios, casi todos fueron personas de fortunas inmensurables que no tenían descendientes, así la hacienda se vendió una y otra vez mas hasta que una de las pocas personas que recibe como herencia la Hacienda, Teresa Josefa Zaldívar de Retes de Paz y Vera, casa a finales del siglo XVII con el acaudalado español, Alcalde Mayor de la Ciudad de México, el capitán don Andrés de Berrio y Díaz Palacios Ortiz de Landázuri y Ayala. Se fortalece entonces el linaje de los de Berrio y se crea el marquesado de Jaral de Berrio.

Décadas mas adelante, en 1779 la fortuna de los Berrio llega a ser de tal dimensión que incluyen 99 propiedades, 99 haciendas que se ubican desde las cercanías de la Ciudad de México hasta Zacatecas, se decía que los animales del marqués por mas que caminaran siempre estarían pastando dentro de sus propiedades. En México adquieren la residencia mas suntuosa, la que sería modelo arquitectónico y que aun sobrevive a nuestros días bajo el nombre de Palacio de Iturbide, si lleva ese nombre fue debido a que el nieto del marqués de Jaral Berrio le ofreció a Agustín de Iturbide, Emperador de México, su casa para que fuera la Casa Real de México.

Ya a mediados del siglo XIX la inestabilidad política que reinaba en México perjudicó poco al propietario de la Hacienda de Jaral, heredero del título nobiliario, por consecuencia de la fortuna del marqués de Jaral de Berrio, además de ser conde de Mateo de Valparaíso y marqués de Villafont, solo que para ese entonces los títulos nobiliarios ya habían sido prohibidos en el México independiente, como quiera la fortuna seguía siendo incalculable, es cuando se levanta el tercero de los edificios que componen la hacienda, el mas majestuoso, el mas imponente. Corría el año de 1890, Francisco Cayo de Moncada y Fernández de Córdoba, último de los descendientes del marqués de Jaral de Berrio fue quien lo habitó.

Iniciado el siglo XX y una nueva y mas fuerte inestabilidad política provoca el casi abandono de la esplendida mansión que con estoicismo sigue aguantando en pie el paso de los años. En verdad te digo que la Hacienda de Jaral de Berrio es un palacio que al verlo de frente y tener la oportunidad de entrar en el, pasear por sus corredores ver los vestigios de lo que fueron sus salones te transportará a los años de abundancia ilimitada que ahí se vivió. En los próximos días te seguiré contando de la Hacienda, material hay de sobra.


“Desde considerable distancia puede verse la hacienda, en el centro de un magnífico valle como de doce leguas de circunferencia, que en su totalidad pertenecen al marqués del Jaral, el propietario de bienes y raíces más opulento de México y uno de los mayores terratenientes del mundo. Además de la del Jaral, posee varias haciendas grandes en Zacatecas, y sus tierras se extienden, con pocas interrupciones, tan al norte como San Mateo, de donde toma su segundo título (el de conde de San Mateo de Valparaíso). Sus riquezas son inmensas y provienen de diversas fuentes entre ganado mayor y menor, caballada y mulada, en total son tres millones de cabezas”. Esto lo dice Henry George Ward que fue el primer embajador británico en México en su libro México en 1827.



Para recabar la información de este artículo y los siguientes sobre la Hacienda de San Deigo del Jaral de Berrio, además de haber consultado una buena cantidad de sitios en Internet, me basé en los siguientes libros: Haciendas del Estado de Guanajuato, Publicado por el Gobierno del Estado de Guanajuato, 1991. Haciendas de Guanajuato, Isauro Rionda, Ediciones la Rana, Guanajuato, 1985. Geografía Local del Estado de Guanajuato, Pedro González, Ediciones la Rana, Guanajuato 2000.

viernes, 28 de agosto de 2009

En México no se lee: Las Poquinachis, un verdadero caso de Alarma!

Fue en el año 1963 que comenzó a circular la revista Alarma! la que fuera en su momento la cúspide del periodismo amarillista en México, cosa que jamás ocultó pues su mismo logo fue creado en ese color, el amarillo de la nota sensacionalista, del manejo del morbo, del deterioro del lenguaje con aquellas frases del calibre de: “raptola, violola, matola”, o las acuñadísimas frases de “la hiena humana”, “el chacal perverso”. Alarma! ve la luz por primera vez en mayo de 1963, especializándose en la nota policíaca, concentrando todo lo que sucedía en México relacionado al crimen. Por México entendamos los lugares en donde contaban con corresponsales los cuales eran pocos.

Al principio Alarma! no pasaba de ser una publicación que alimentaba al morbo medianamente aceptable hasta que salió a la luz pública una historia que atrajo la atención de todo el país, era noviembre del 63 cuando por primera vez se mencionaba la palabra Poquianchis, la historia giraba en torno a la trata de blancas, a la prostitución forzada y al encubrimiento de las autoridades, es decir, la corrupción en pleno. Se mencionó en un principio que esto sucedía en Lagos de Moreno, Jal. y en León, Gto. Luego se supo que en realidad todo estaba concentrado en una población casi desconocida: San Francisco del Rincón, Gto.

Era el Bar Rita donde los acontecimientos se sucedieron, jóvenes campesinas que eran secuestradas, esclavizadas y obligadas a prostituirse. Recordemos que aun no se implementaba el uso del condón, así que si resultaban embarazadas tenía dos opciones, abortar o morir. La historia fue cruel y escandalizó a la moral sociedad de esa parte de Guanajuato y de todo el país. Ante los hechos que fue relatando semana a semana Alarma! La historia se volvió cada vez mas grande y documentada, Alarma por primera vez en la historia editorial de México supera los 300 mil ejemplares semanales, llega a vender 333 mil en Febrero de 1964, rompiendo todos los récords editoriales del país.

Te invito a hacer un ejercicio. Si algo bueno aprendí en el “Riama”, la primaria fresa de Salamanca en los sesentas, fue a manejar la regla de tres a la perfección, así que: si consideramos que de acuerdo a los Censos de Población, en 1964 había en México, en número cerrado, 40 millones de habitantes y el tiro de Alarma! era de 300 mil ejemplares. La constante que nos da, considerando la población actual que es de 110 millones nos indica que de mantener el ritmo, Alarma! vendería actualmente 825 mil ejemplares SEMANALES. Eso no sucede, pues Alarma ha sido superado por los noticieros de Televisa y Azteca que se engalanan en presentar lo mas cruel y devastador desde el mas amarillo punto de vista. Ni que decir de las televisoras “hispanas” en los Estados Unidos.

Pero hay algo peor en la industria editorial mexicana, pues, de acuerdo a información del Instituto Verificador de Medios en nuestros días el Libro Vaquero edita 800 mil ejemplares semanalmente y, déjame decirte que hay algo peor aun, TVynovelas rompe los récords con 1 millón 160 mil revistas. Lo malo es que si se publica tal cantidad es porque hay la venta de tal cantidad. ¿Estas impresionado? Bueno, te cuento que a la fecha el libro que mas se ha vendido en los últimos años en México fue Código da Vinci. El promedio de libros que se leen en México es de 2.8, sí, eso está bien, solo que hay cientos, miles, millones de personas que no leen un solo libro en el año, y hay pocas que leen muchísimos más de los 2.8 que la estadística dice.

Sigo con mis fresadas, siendo egresado de la Autónoma de Guadalajara, en lo que destaqué en la Escuela de Turismo fue en el manejo de la media-mediana-moda y con ello lo que quiero decirte es que, las estadísticas están bien, los números no engañan, pero hay que entenderlos. No brinquemos de alegría pensando que en México si se lee… si quién dirige la Educación aun no sabe distinguir entre la L y el 1 y confunde el palito con la letra ele y el número uno, ¿Qué podemos esperar de los educandos? Todas esas mil maravillas (¡y las que faltan!) que te he presentado aquí en El Bable ¿A dónde irán a parar si los niveles de educación cada vez están peor?

Pero, bueno, si la historia de Jesusa, Delfina y Eva González Valenzuela, las Poquianchis no la conocías, te cuento que el maestro, guanajuatense, por cierto, Jorge Ibargüengoitia se basó en los acontecimientos para escribir su novela Las muertas, que luego fue llevada a la pantalla (un poco aburrida la película), mejor aprovecha tu tiempo y ve Dos Crímenes, basada en un cuento de Ibargüengoitia, ambientada en San Miguel Allende, esa si es altamente recomendable. Ahora bien, si te agrada la nota roja y todo eso, pues con las Poquianchis tienes para entretenerte un buen rato.

Investigando acerca del caso de las Poquianchis, el cual la verdad, se ve como novela rosa comparado con lo que sucede actualmente en Ciudad Juárez, o en Sinaloa con los descabezados, me topo con esta verdadera joya de comentario en un foro de discusión de Internet:

Charal 20 August 2009

Independientemente de si algunos tuvieron o no la oportunidad de atestiguar esos hechos negros de la historia de México, quiero preguntarles a todos los que han escrito hasta ahora: así como tienen interés en conocer más acerca de Las Poquianchis, ¿no tendrán interés en aprender a escribir?, la sintaxis y la ortografía están para llorar. Eso sí que les haría bien, en lugar de explotar el morbo.

Algo que publicó El Universal al respecto de la lectura en México lo puede leer aquí:
http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/version_imprimir.html?id_nota=30950&tabla=notas

Y tú eres ¿de los que la hacen de tos? Pues… Alármala:
http://www.youtube.com/watch?v=7A1781hm6-s

Las fotografías han sido tomadas de la edición No. 41 de Alarma! Del 8 de Febrero, 1964, ejemplar original que guardo cual tesoro que es.

jueves, 27 de agosto de 2009

¿Qué tan mexicanos son los tacos al pastor?

Platicábamos acerca de la Arquitectura de la Luz, de cómo esa luz influye en los sentimientos, especialmente cuando se está en un templo, pero el manejo de la luz se da también en la arquitectura civil, un ejemplo mas que digno es esto que vi en Pénjamo, al sur oeste del Estado de Guanajuato, una casa, seguramente de los años treinta del siglo XX que mantiene toda la tradición en cuanto a la distribución de las habitaciones, usando el frente para locales comerciales, seguramente fue la casa de un Médico y en uno de esos locales instaló su farmacia, o un prominente agricultor y era allí en donde despachaba el producto de su cosecha, no lo se, pero pude ver entrando de frente al patio central lo que fue el comedor y su vitral. Una pieza digna de exhibición en un museo.

Se ve en los arcos y en la fuente esa reminiscencia de lo que fue el arabesque, tan de moda en los veinte y en siglos anteriores. La influencia europea, francesa, específicamente se refleja en la escena de caza retratada: la liebre y la codorniz. Este afrancesamiento sobrevivió pocos años luego de la Revolución, para dar pso al inicio de la desastrosa “americanización” que está, lamentablemente, aniquilando muchas de nuestras tradiciones.

Claro es que a un lado del comedor se ubicaba la cocina y en rededor de esa arquería estaban las habitaciones. Las casas de la época aprovechaban la luz natural, eran amplias, de paredes gruesas, regularmente de adobe, recubiertas y pintadas a dos colores con una cenefa que se alzaba a 1 metro de altura, eran trabajos de pintura decorativa muy cuidadosa, los corredores se adornaban con macetas, casi siempre con helechos que daban un aspecto de limpieza y frescor único.

Así que esta espléndida casa ahora tiene un uso un poco distinto para lo que fue creada, pues está instalada allí una taquería… ¡y que tacos!

En el 2000 tuve la oportunidad de ir a Alemania, paseando por Berlín encontré por todos lados los Döner, lugares de comida tradicional introducida por los turcos que son la mayoría de los emigrados a ese país, me sorprendió ver los trompos tan característicos de la carne “al pastor” pero servidos en pan pita como si fuera una torta, el sabor si es un poco distinto pues el mexicano es mucho mas condimentado. Desconozco a ciencia cierta si la receta de los tacos al pastor fue traída por esa enorme migración que hubo a principios del siglo XX desde el medio oriente, de Siria y Líbano, hacia México pero no lo dudaría.

En Yucatán podemos ver en la tiendita de la esquina o a vendedores ambulantes con sus “Kibis” que tomaron carta de naturalización mexicana del Keppe traído por los emigrados libaneses que poblaron y enriquecieron la península de Yucatán. Todo esto me hace pensar si fue efectivamente hasta los años noventa que se vino la globalización, yo más bien creo que esa se dio desde mucho antes, al menos en lo que es la deliciosa culinaria mexicana que nos encontramos en cada esquina de las ciudades Bajío y de, prácticamente, todo México. Me atrevería a decir que hay también un sincretismo en la comida, o digámoslo en el término de moda: fusión.

Si se te antojaron, la Taquería Hidalgo está en la Calle Hidalgo a una cuadra del Mercado Municipal, atrás de la Parroquia de San Francisco, en Pénjamo, Guanajuato.


Si te interesa saber más sobre el Kebab y Döner turco, primos de la carne al pastor, chécate esto:

http://es.wikipedia.org/wiki/Kebab