miércoles, 7 de agosto de 2013

De templos, pintores, santos e imágenes Guadalupanas. Ciudad de México y San Juan de los Lagos.

  Creo lo te lo he comentado en más de tres o cuatro ocasiones: caminar por las calles del centro histórico de la ciudad de México no me cansa y creo no me cansará jamás. Pude haber pasado una docena de veces por el mismo sitio y cada vez encuentro algo nuevo, nuevo para mi pues son cosas que han estado en esos rumbos por al menos tres siglos y es tanto lo que en esas calles existe que se llega al punto de saturación con rapidez; pero, si se es buen veedor, más bien buscaremos más y más detalles. Lo que vemos ahora es una escultura de la virgen de Guadalupe en alabastro, seguramente de mediados del siglo XVIII, su ubicación no la recuerdo, quizá sea un templo pequeño de San Agustín, no el que convirtieron en biblioteca, otro que sigue aun un uso.

  Seguimos caminando y pasamos por República del Salvador, lo que quería encontrar era el número 18, en donde estaba el Hotel París, que fue el primer hotel en el que me hospedé en mi vida, eso, creo en 1962, cuando fui por primera vez a la ciudad de México, no di con él, pero si me sorprendió ver el templo del Hospital de Jesús sin su escultura en lo más alto de la torre, es que, creo, corresponde a san Mateo ¿o San Matías?

   Cada vez que voy a la ciudad de México camino por las mismas calles, se (por fortuna) moverme entre esas multitudes que abarrotan las calles llenas de comercio, pero siempre busco los sitios por donde hay menos gente o las horas en que ese comercio formal o informal, o apenas está comenzando o ya está por cerrar sus establecimientos...

   Y van apareciendo uno a uno, esos detalles que, al andar entre la "marabunta" de transeúntes no nos damos la oportunidad de apreciarlos... como esta cañería, de barro que asoma entre las paredes de piedra de un edificio virreinal.

  Otro detalle de mitad del XVIII, un elaborado medallón, propio del exacerbado barroco protegiendo y bendiciendo a los que eran moradores de esta casona...

   Y ni que decir de este sol y esta luna, detalles de sutil belleza...

   Y es cosa de levantar un poco la mirada para sorprendernos con las hornacinas que hay en prácticamente todas las esquinas y, en una que otra casa, admiramos los escudos nobiliarios de los que fueran moradores originales del lugar.

   Y llegamos a uno de los 82 (creo) templos que se construyeron en la época Colonial en lo que fue la ciudad de México y ahora lo identificamos como Centro Histórico, que es, además, Patrimonio de la Humanidad. Llegamos al templo de Santa Inés, el cual, sale de sobra decirlo, guarda una historia.

   El templo tenía (se me olvido -aunque no lo creas- tomar una foto de la fachada), seguramente como era tradición en todos los conventos de monjas, la fachada era gemela. Tanto el templo como el convento fue cerrado en 1861 a raíz de las Leyes de Reforma, estuvo en el abandono durante muchos años, quizá siglos, el que fuera convento se convirtió en vecindad que hasta 1992 fue rescatado y transformado en el Museo José Luis Cuevas.

   El templo supongo fue saqueado en ese tiempo en que estuvo cerrado, pues en él, se dice, que su altar mayor estaba decorado con pinturas del pincel de uno de los más grandes pintores novohispanos: Miguel Cabrera. Seguramente había más pinturas extraordinarias pues ese templo fue la sede de la Cofradía de los Pintores.

   Aquí, como la mayoría de los templos coloniales, cuando vino la moda del arte Neoclásico la imagen de bulto de Santa Inés fue plasmada, claro es, en la parte alta del altar mayor. Leo en el sitio Corazones: "Su nombre latino es Agnes, asociado a "agnus" (cordero). En torno a ella surgió la costumbre de los corderos blancos de cuya lana se hacen palios para dignatarios eclesiásticos. Los pocos datos que se tienen de ella dieron lugar a varias leyendas piadosas en torno a su martirio. Según la más difundida, ella era una joven hermosa y rica, pretendida en matrimonio por muchos nobles romanos. Por no aceptar a ninguno, aduciendo que estaba ya comprometida con Cristo, fue acusada de ser cristiana. Llevada a un prostíbulo, fue protegida por unos ángeles y señales celestes. Fue entonces puesta en una hoguera que no la quemó y, luego, decapitada en año 304 A.D. (Para leer más sobre Santa Inés, entra aquí)

 Admirando este templo encuentro un santo del que nunca había oído hablar: Santo Domingo Savio, y leo la ficha que de él hay: "Este niño santo, es el Santo más niño de toda la Crisitandad. (Santo no mártir) Fue alumno de San Juan Bosco y es el prorector d elos niños y jóvenes estudiantes. nació en Riva de Chieri, Italia, el 2 de abril de 1842. Era el mayor entre cinco hijos de un mecánico muy pobre, y de Brígida, que ayudaba a la economía familiar haciendo costuras para sus vecinos. Para leer toda su historia, entra aquí.

   Y sigo caminando y veo que hay un altar a San Pafnucio. Y leo su ficha: "En nuestra Iglesia de Santa Inés tenemos la fortuna de tener la antiquísima y original Imagen de este admirable y milagroso Santo. Desde tiempos inmemoriales en esta Iglesia de Santa Inés, gentes venidas de todas partes, llegan a venerar a San Pafnucio y a implorar sus favores con una devoción admirable que ha pasado de padres a hijos. Se conoce en el mundo cristiano, como un poderoso intercesor ante Dios para obtener milagros relacionados con cosas perdidas o el regreso a casa de personas o familiares queridos...". Para leer más sobre este santo, entra aquí.

   Y al salir, leo la placa que se colocó hace algunos años en el templo y que nos dice algún dato de importancia sobre el inmueble, en este caso nos informa de que es allí en donde fue enterrado "el celebre pintor Miguel Cabrera, 16 de mayo de 1768". Tremendo dato, lástima que, ya no pude regresar a ver en donde está su tumba, si es que aun esta allí.

   Y sigo caminando para encontrarme con otro templo aun más magnífico pero que, en todas las veces que por ahí he pasado, nunca he tenido la suerte de encontrarlo abierto. Se trata de la Santísima Trinidad. Hasta aquí la ciudad de México, nos vamos un poco al note hacia San Juan de los Lagos, en el estado de Jalisco.

   La razón que tengo de juntar en este artículo algo del templo de Santa Inés con la Basílica de la virgen de San Juan es debido a que allí, en una capilla de la Basílica, se encuentra una imagen de la virgen de Guadalupe, imagen que fue pintada por Miguel Cabrera.

   Pero no solamente eso, sino que se trata, además, de una imagen del tipo "tocada". Si esto de las Guadalupanas Tocadas no lo conoces, entonces entra aquí y en una historia sucedida en Salamanca, Guanajuato, te enterarás de lo que es el ceremonial del Tocado.



1 comentario:

  1. Ah, el edificio en donde se encuentra la escultura de la Guadalupe en el centro, es San Bernardo. Dicho templo data del siglo XVII y perteneció a las monjas concepcionistas. Desde luego que tuvo dos portadas gemelas pero en la década de los treintas se destruyó parte del recinto para abrir la avenida 20 de noviembre.

    Y la escultura del templo de Jesús, que se trata de un arcángel "giralda" se encuentra dentro de dicho lugar. ¡Qué pena que "Jesús Nazareno" sea un sitio olvidado, ya que aquí se encuentra una joya del muralismo realizada por Orozco, además de que aquí se encuentran los restos de Hernán Cortés y otros datos interesantes de nuestra historia. Saludos.

    ResponderEliminar