Quizá esta sea una de las imágenes más difundidas que hay de Salamanca. Ha sido utilizada, incluso, por a Secretaría de Turismo para el programa Ciudades Coloniales, en el sexenio de Fox, si mal no recuerdo, se trata de los pilares del claustro mayor del convento de San Agustín.
Esta vez El Bable se queda en casa, es decir, lo que hoy comparto contigo son imágenes que he ido captando durante el primer trimestre de 2015 al caminar por los varios rumbos que Salamanca, la del Bajío, tiene. Comenzamos que esta escena que para nosotros es habitual, cuando el tren carguero, en ocasiones larguísimo, cruza de lado a lado el pueblo. Aquí notamos algo curioso: Salamanca está justo en el kilómetro 333 del tendido México-Ciudad Juárez.
Por el rumbo norte la mancha urbana cada vez consume más de la zona rural, en esta toma, a la derecha el Infonavit III, a la izquierda el Infonavit El Monte. al fondo el cerro Gordo. Dicho en otros términos, andamos por lo que fue la Hacienda de San José de las Sardinas.
Creo que la oportunidad de hacer una foto distinta se nos presenta por todos lados.... esta al cruzar la calle por el jugo de cada día, rumbo de Las Reynas.
"Benedictus Frutus Ventris", el medallón del lado oriente del Santuario de Guadalupe.
El tren, siempre cruzando el tren... aun recuerdo cuando había vagones de madera....
La arcada de San Agustín, actual Centro Estatal de las Artes.
Por el Mercado Municipal Tomasa Esteves.
La única torre que se le construyó a la que conocemos por Parroquia Antigua.
Espléndida jacaranda en el que fuera el Campamento Ferrocarrilero.
Uno de los muchos medallones que hay entre los arcos del claustro mayor.
Latente más cada día, la desertificación del Bajío.
Los días de la transición del invierno a la primavera.
El marcaje de la Ruta de Hidalgo 1810-1811.
El Santuario de Guadalupe, con su imagen del tipo Tocada.
Una variante de las manifestaciones del Arte Urbano (urban art.)
La torre que parece minarete del Sagrado Corazón.
El tropezón del río Lerma a la altura del puente de la calle Obregón.
Magnífica la hacienda de Cerrogordo.
Un armadillo en plena calle Padre Marocho... escena nocturna.
Hermoso, así de hermoso es el campo en el valle de Salamanca, por los rumbos del Baúl.
Simetría dislocada, diré.
Dejando huella.
Atardecer en el campo.
Las turbinas que vienen... corrijo, las turbinas que dentro de poco arrancarán.
La zona de quemadores de Pemex en Riama (si no eres de Salamana no entenderás la palabra Riama, que significa Refinería Antonio M. Amor), por ejemplo, yo hice la primaria en el Riama, con esto te compruebo que sí, efectivamente, el acrónimo se volvió palabra.
La entrada nor oriente a Salamanca.
Quizá esta sea la parte menos conocida del Ex convento agustino, el torreón.
Las marcas fuera de lugar, es con lo que pintan las rayas amarillas de la carretera, pero como que se les salió... rumbo a La Ordeña.
Debido a que Salamanca tuvo una enorme inmigración hace 60 años, hoy vemos un auténtico jardín botánico por todos lados, con las plantas que han llegado de todos rumbos.
Allá, al fondo, en el cerro, hay vestigios arqueológicos, aquellos llamados Los Edificios.
San Andrés.
Si vienes a Salamanca no te puedes perder las Carnitas que por acá se producen.
Antes eran trojes de piedra, hoy son gigantescos silos metálicos, galvanizados.
La renovada torre que, dicen, fue diseño de Francisco Eduardo Tresguerras, el templo se llama Las Tres Caídas.
El Cerro del Culiacán, indudable símbolo del Bajío.
Esta torre se construyó al finalizar el siglo XIX bajo el diseño del ingeniero inglés avecindado en la población, Ernest A. Barton.
La cúpula del Santuario del Señor del Hospital. notarás los medallones dentro de las pechinas, son obra del hijo, José, de Candelario Rivas. Los decorados al lado son del padre, francés, Ives Grall.
Te dará cuenta de que paso continuamente por la vía del tren y cada vez son más los carros en los que se transportan los vehículos que por acá se producen.
El claustro menor de San Agustín, sede de la Casa de la Cultura.
Cuarto creciente.
En el invierno son más notorios los cruces aéreos encima de Salamanca.
Las Tres Caídas, que también fue decorado por el padre Grall.
La que fuera la casa de don Florencio Orozco.
Las hojas muertas, por la Bellavista.
Un vestigio de la arquitectura funcionalista, los que se acuerdan del mercado frente a San Agustín de seguro iban a comprar carnes frías con Chelo.
No se, pero de pronto, esta escena me recuerda la película francesa La Nuit Sauvage. La toma en Tenixtepec. Así, así es como veo a Salamanca.
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