Te habrás dado cuenta de que una vez que en El Bable agarramos un tema no lo soltamos hasta no tener la idea clara. Esta vez el que estamos desarrollando es el de las fiestas patronales asociadas a los antiguos rituales de siembra, fertilidad, cosecha que había en el antiguo México. Hemos visto cómo el Calendario Agrícola, ese que llevaron todavía a principios del siglo XX, cuando ocurre la conquista y la consiguiente evangelización, los rituales fueron transformados en festividades católicas, revestidas de los mismos tintes mágicos y encabezadas ya no por una fuerza natural sino por la de un Santo. Hemos visto también cómo las Novenas se van entretejiendo en ese Calendario y va formando una cadena de festividades de Santos que en realidad son los ciclos agrícolas manifiestos. Me explico.
Todo comienza en la Navidad, la cual está desplazada 4 días del Solsticio de Invierno (Natalis Solis Invictus), y de allí inicia el conteo agrícola con una Cuarentena que conocemos como la Candelaria, pues del 25 de diciembre al 2 de febrero hay 40 días, vendrán luego otras Cuarentenas y comenzarán a entretejerse las Novenas, la más conocida de todas es, la que llamamos propiamente como Cuaresma que son esos 40 días previos a la Semana Santa, festividad que está estrechamente ligada al Equinoccio de Primavera, pues dependiendo de esa fecha será que se determine el día de la Pascua y de allí que la Semana Santa sea una "fecha movible", sobre ello hemos hablado ya muchas veces en este espacio, así que continuamos el Calendario y llegamos al Verano, el cual es antecedido por la festividad de la Cruz, que se entrelaza con la de San Isidro, que son fechas del Calendario Agrícola. (Espero no ser confuso).
Veíamos apenas en el artículo anterior cómo en el Estado de Guerrero existe ese ritual de petición de lluvias que dentro del Calendario Agrícola se establece el 25 de abril día de San Marcos, de allí comienza la Novena que nos conduce al 3 de Mayo, la Santa Cruz, luego sigue San Isidro Labrador, el 15 de mayo que es la bendición de las semillas. Continuará el ciclo con la fiesta de San Juan Bautista, asociado al agua y por consecuencia a la lluvia, cosa importante para la agricultura. El 16 de Julio, día de Nuestra Señora del Carmen, es cuando comienza otra Cuarentena, digamos que la Cuarentena del Verano, llamada Canícula. Concluirá el 24 de Agosto, que es el día de San Bartolomé, ambos asociados fuertemente a la agricultura y, por lo tanto, de gran veneración en pueblos y ranchos. Es éste último el que nos interesa hoy, pues las fotos que comparto esta vez son de un antiguo pueblo, Tenayuca, justo en el límite del Estado de México y la ciudad de México, en donde existe una zona arqueológica que fue levantada previa a lo que sería Tenochtitlán.
Esta capilla está dedicada a San Bartolomé, cosa que no es de extrañarnos pues muchos lugares evangelizados en los primeros años de la presencia española fueron dedicados a ese apóstol por estar asociado a la deidad de Xipe Totec, las razones eran dos y muy sólidas, una que visualmente se parecían en el sentido de que el martirio de San Bartolomé fue ser desollado, su piel le fue arrancada, y Xipe Totec era representado precisamente vistiendo la piel de un desollado. Además de que San Bartolomé, de acuerdo a la tradición medieval, era el protector de lluvias, tempestades, rayos y todo lo que ocurre en pleno verano, cuando las lluvias comienzan a ser abundantes y en el México antiguo Xipe Totec representaba el reverdecer de los campos, y el florecimiento del maíz.
Y eso que vemos en el Calendario Agrícola es que el día de la Asunción de María, 15 de Agosto, es otra fecha celebrada en los pueblos netamente agrícolas, y nueve días después (la Novena) aparece San Bartolomé, cuya imagen vemos, si bien no el de la capilla de Tenayuca sino el que está en la parroquia de Rincón de Tamayo, Guanajuato, nos deja ver con extrema claridad el desollamiento para entender mejor el concepto de Xipe Totec y su festividad, el Tlacaxipehualiztli.
"Tlacaxipehualiztli conocido como "desolladura de hombres" en la mitología azteca. Era una celebración de los aztecas para honrar al dios Xipe Tótec. Este nombre lo recibe el segundo mes del Xiuhpohualli, calendario solar. Durante este mes se realizaba la ceremonia. El primer día del mes los mexicas lo celebraban sacrificando y desollando a los cautivos y esclavos de las guerras. Les quitaban la piel y luego los desmembraban. Algunos vestían con las pieles y organizaban combates a muerte con prisioneros hasta vencerlos. En los últimos días, los que padecían algún tipo de dolencia realizaban una procesión para implorar su curación a Xipe Tótec. La fiesta también era lugar de ritos antiguos de fertilidad dependiendo del ciclo agrícola". (Tomado de Wikipedia.)
De lo mucho que hemos mitificado las tradiciones aztecas, habrá que ver, con ojo calmo, las cosas tal cual eran: de una brutalidad impresionante que bien se pueden equiparar con lo mucho que se publica actualmente en la nota roja de los periódicos. Por ejemplo, quizá el más crudo de ellos, o al menos, de los que conozco, son los sacrificios de niños que se hacían a Tláloc, los cuales llevaban intrínseco el mortificar a niños, de distintas edades para que lloraran, se les quitaba el alimento, la bebida, se les picaba, pellizcaba o cualquier otra acción que los hiciera llorar pues, se pensaba que mientras más abundante era el llanto, más lluvias se tendrían y por consecuencia mejores cosechas, mejores mantenimientos. Las cosas no quedaban allí, pues los niños eran seleccionados de distintas edades, las cuales iban asociadas a las edades del maíz, así bebés eran sacrificados cuando el maíz estaba apenas jiloteando y niños más grandes a medida que el maíz crecía.
Y el sacrificio que se ofrecía a Xipe Totec no era para menos cruel: "Es posible también que se atribuyera un poder vaticinador, en relación con las lluvias, a las pieles desolladas en tlacaxipehualiztli. La referencia más conocida, sin duda, es la del Calendario Tovar, cuando dice que la piel era colgada en el templo con la esperanza de que escurriera mucha grasa de ella: "[...] porque si no corría tenía por muy cierto que no había de haber agua aquel año y había de ser estéril y si corría jugo tenían por muy cierto que había de ser año de muchas aguas fértil y abundante [...] y vestíase uno aquel pellejo e iba por todo el pueblo publicando la abundancia del año futuro ganando muchas albricias de todos porque le daban y contribuían muchas mazorcas de maíz y otros dones (CT, 1951:22). (p.265)
"Una de las acciones más significativas de tlacaxipehualiztli y tozoztontli consistía en ofrendar maíz a Xipe Tótec, personificado por quienes vestían las pieles de las víctimas desolladas en la primera de esas dos fiestas o veintenas, y cuyas actividades continuaban a lo largo de la segunda. Como veremos, dichas ofrendas tenían un carácter propiciatorio en relación con la siguiente siembra, constituyendo, al mismo tiempo, una demostración de eficacia y cumplimiento por parte de los agricultores". (pp.270-271)
El tema es un poco complicado si no entiendas bien lo de las veintenas y los distintos calendarios que se manejaban en el antiguo México, pero, poco a poco irás ligando una idea con la otra. Además de que entenderemos mejor porque en algunas fiestas patronales ocurren cosas como esta que ahora vemos, una serie de decorados en el templo hechos con semillas de distintas clases, semillas que vienen a sustituir, de alguna manera a esas que fueron ya "bendecidas" o, en todo caso, representándolas en esta celebración a un Santo, el Apóstol Bartolomé, asociado a una deidad azteca, a Xipe Tótec.
"Como preámbulo del tlahuahuanaliztli o sacrificio gladiatorio, Durán describe el sacrificio de desollamiento de nueve víctimas que representaban a un número equivalente de deidades: Xipe-tótec, la "semejanza del Sol" (¿Tonatiuh?), Huitzilopochtli, Quetzalcóatl, Macuilxóchitl, Chililico, Tlacahuepan, Ixtlilton y Mayahuel (Durán, 1967, I:97). De acuerdo con la fuente, "Nuestro señor el desollado" era representado por un tlacohtli de collera "purificado" que era investido como el numen 40 días antes antes de la celebración de tlacaxipehualiztli (1967, I:96). Cabe aclarar que dichos sacrificios no son descritos por Sahagún, aunque es probable que aluda indirectamente a uno de ellos, al mencionar la inmolación de Mayáhuel en el templo Yopico, durante el periodo festivo dedicado a Xipe Tótec (Sahagún, 1953-1982, Libro 2:188). (p.271)
Y de la celebración de San Bartolomé vendrá luego el mes de Septiembre que incluye, el día 8, la Natividad de la Virgen para concluir el ciclo agrícola en la víspera de San Miguel el 28 de Septiembre y su respectiva novena que nos conduce al Día de Muertos, seguro que en estos dos meses por transcurrir habrá por ahí alguna otra fiesta que se asocie a este concepto de rituales entre mágicos y misteriosos del México antiguo, espero poderlos localizar todos...
Para acabar con el tema, habrá que saber que el nombre Yopico estaba asociado con los lugares en donde se rendía culto a Xipe Totec, no todos ellos fueron transformados en capillas dedicadas a San Bartolomé, quizá por el rumbo de Tenayuca había uno de ellos y por eso fue colocado allí, en esa costumbre que se desarrolló a lo largo de los primeros años de la Evangelización, de transformar los templos paganos, los de las deidades del panteón nahua a los santos que el cristianismo trajo.
"La mayor parte de la información documental relativa a los espacios ceremoniales de Mexico-Tenochtitlan se remite a su recinto sagrado principal. No obstante, la presencia de templos o recintos sagrados menores, asociados con sus barrios o calpullis, se manifiesta con suficiente claridad en las fuentes históricas. Seguramente el primer testimonio al respecto es el del mismo Cortés, quien al describirle la ciudad a Carlos V en su Segunda Carta de Relación, anotó: “Hay en esta gran ciudad muchas mezquitas o casas de sus ídolos, de muy hermosos edificios, por las colaciones y barrios della….” (Para seguir leyendo este artículo, entra aquí.)
Esta techumbre de la capilla de San Bartolomé Tenayuca, de tipo artesa o artesón, nos dice de la antiguedad del mismo. Las imágenes que siguen a continuación son del Museo de Sitio de Tenayuca, que está a escasos metros de la capilla.
Fuente:
Lo que aparece con referencia de número de página lo tomé del libro: Xipe-Tótec. Guerra y regeneración del maíz en la religión mexica. Carlos Javier González González. FCE-INAH. México, 2011.