domingo, 23 de octubre de 2016

El crecimiento de San Miguel de Allende, a poco más de un siglo de distancia.


   En nuestros días San Miguel se ha convertido en la otra joya de la corona del turismo en México, al decir que "la otra" me refiero a que le antecede la ciudad de Guanajuato. Esto comenzó mucho antes de ser nominada Patrimonio de la Humanidad, antes de ser Pueblo Mágico, fue en los sesentas, cuando el Instituto Allende se convirtió en imán que atrajo a estudiantes, a estudiosos y que luego atrajo a quienes andaban en busca de un lugar ideal para vivir. El "ideal" tiene muchas gamas, hay quien busca una playa, hay quien prefiere un coto dentro de una ciudad, hay quien satisface su vida con la particular vida de rancho, de hacienda, hay otros que prefieren un pueblo y si es un pueblo con las características del que fuera San Miguel el Grande, actual San Miguel de Allende, encuentran una mayor plenitud. Pero todo eso que vemos en San Miguel no ha sido siempre así. Hay una interesante, además de intensa y realista descripción de lo que el lugar era en 1900. Vale la pena leerla para valorar lo mucho que se ha hecho en San Miguel en poco más de un siglo.

  “San Miguel de Allende es una ciudad decadente, casi en ruinas, habitada por gente de costumbres coloniales, que vive más bien del trabajo de artesanos muy pobres que de lo que la agricultura produce, pues los terratenientes solo disfrutan de las rentas y los arrendatarios exportan cuanto recogen de los campos mal cultivados, dado lo inseguro de las lluvias. Es una ciudad que debió ser bonita en tiempos remotos, hoy muy triste, con agua abundante pero improductiva, porque no hay alientos para aprovecharla, sino en una pequeña fábrica de hilados de unos cuantos husos; con una instalación de tranvías que hace el tráfico interior desde la estación del ferrocarril; con un buen mercado hecho en honor del Nigromante, el célebre don Ignacio Ramírez; con templos suntuosos que guardan tesoros en obras de arte, así arquitectónicas como pictóricas y escultóricas; con grandes casas señoriales, pero en calles estrechas y pendientes, amparadas por caducos escudos de armas; con un comercio muerto y una sistemática oposición a todo lo que significa orden, porque allí es vileza rendir obediencia sensata a las autoridades constituidas” (1).

  Si alguien conocía bien a San Miguel al finalizar el siglo XIX ese era Pedro González, él fue Jefe Político de la población, cargo que era el mismo al de Alcalde, solo que con diferente nombre. En los escritos de Pedro González siempre vemos objetividad, en este caso ni exagera, ni magnifica nada, está diciendo lo que era San Miguel en ese entones. Su libro Geografía local es esencial para todo aquel que quiere conocer la historia del estado de Guanajuato y, como también fue Jefe Político de Dolores hidalgo, sus Apuntes son una buena fuente para los interesados en el tema de la Independencia. Pedro González, salmantino de origen, fue fundador de lo que hoy conocemos como INAH, como MNAH y Escuela de Arqueología, Etnología e Historia por lo que eso que acabas de leer es una muy fiel descripción de lo que era tan bello lugar que es en la actualidad.

 Comprobamos que las cosas sí pueden cambiar para bien. La foto que ahora ves la tomé del sitio Carmen Travel... y de que tienes que conocer San Miguel, lo tienes...

Fuente:

Florescano, Enrique. Memoria mexicana. FCE. México, 2010. pp. 498-502

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