Una de las construcciones que más llama la atención en el centro de Teocaltiche es el antiguo Hospital de Indios que se levanta al lado poniente de la plaza principal. Es la construcción más antigua de la región. Se dice que su construcción comenzó en 1542, luego de tres años estuvo lista. Se levantó, como era costumbre, como hospital. Entendiendo por hospital no al nosocomio de nuestros días sino un centro de hospitalidad, en donde eso era lo que se brindaba a los indios que, luego de los enfrentamientos que tuvieron con los españoles en la Guerra del Mixtón, se dispersaron por toda la serranía de lo que actualmente es la parte norte de los Altos de Jalisco y el sur de Zacatecas.
Siendo una obra de tal antigüedad vemos sus trazos simples. Un templo de evidente manufactura franciscana de una sola nave, localizada estratégicamente con su puerta principal (la que vemos en la toma) viendo hacia el sur, y su puerta purciúncula hacia (obvio es) el oriente. Los naranjos de la plaza al frente son, evidentemente, nuevos. Quizá allí fue el primer panteón de la zona. Del lado izquierdo encontramos el acceso al hospital, que, manteniendo la idea implementada y difundida por don Vasco de Quiroga, era el recinto en el que se ofrecía alojamiento, comida y auxilio en general a los indios, todo a cambio de ser evangelizados en la religión traída del Viejo Mundo; tratando, quizá, de implementar aquello que, a unos doscientos kilómetros de allí, funcionaba muy bien: la Huatapera purépecha.
.
Don Vasco de Quiroga fue el que implementó la creación de hospitales-pueblo en la Nueva España, específicamente en el Obispado de Michoacán, el cual, en su enorme extensión llegó abarcar hasta los rumbos de Jalisco y casi, hasta los rumbos de los Altos. La idea de Tata Vasco era, en buena medida, la de crear la ciudad utópica en el Nuevo Mundo, basándose en los escritos de Tomás Moro.
Estamos viendo esta que es la puerta Purciúncula, que nos da acceso al que fuera el primer templo Católico levantado en Teocaltiche, en la actualidad el recinto funciona como biblioteca municipal. Fue obra de fray Miguel de Bolonia, quien fue en avanzada por el Obispado de Michoacan evangelizando a los pueblos que, en buena medida, habían sido devastados por el tal Nuño de Guzmán y sus secuaces: Poncitlán, Chapala, Zacoalco, Tecatitlán, Tachaluta, Atoyac, Amacueca, Sayula para llegar y fundar el convento de Zapotlán, la actual Ciudad Guzmán. Seguiría luego al norte, para establecerse en Juchipila.
"Al llegar a Juchipila, fray Miguel de Bolonia se dedicó de inmediato a realizar las labores necesarias para cumplir con la tarea encomendada. Fundó el convento y el hospital del lugar porque "no estaba a propósito para los enfermos que se curaban en él". Después subió a la sierra donde andaban desparramados muchos indios, unos que contaban con su vida nómada, otros que, después de la guerra, se habían refugiado en ese lugar. Con palabras amorosas y tiernas bajó a muchos de ellos y los congregó en el pueblo de Juchipila.
"Poco a poco fue creciendo el área de influencia y administración de su convento hasta abarcar una extensión de cincuenta leguas de largo y cuarenta de ancho. (225 x 180 kms) Para atender a todos los indios que estaban bajo su cuidado realizaban distintos recorridos. Uno de ellos comenzaba en el pueblo de Juchipila, continuaba por Nochistlán, Teocaltiche, Jalostotiltán y toda la comarca. en esa zona fundó y repobló muchos pueblos pequeños utilizando indios pacíficos de poblados mayores. (...) La mayor parte de los pueblos ubicados en los Altos de Jalisco fueron "visitas" del convento de Juchipila". (1)
Durante muchos años la capilla del Hospital de Indios estuvo abandonada, su artesonado se dañó por la lluvia, el clima y, sobre todo, el tiempo y la falta de mantenimiento, cuando fue remozado, en la década de los ochenta del siglo XX, el recinto fue rescatado. De las vigas originales sobreviven tres o cuatro que en la actualidad se exhiben en los corredores del antiguo hospital, en ellas vemos algo interesante, el símbolo utilizado por los franciscanos: el pelícano. el cual representa el amor infinito de Dios.
El Pelícano representa el centro espiritual del Cristo. Es el emblema mas característico de la caridad, como también de la muerte y del renacimiento perpetuo de la naturaleza, ya que esta ave llega al Maximus del sacrificio, perforando su pecho para abrir su corazón, permitiendo así que sus críos puedan nutrirse cuando están desfalleciendo de hambre y de sed.
En estas tres fotografías nos damos cuenta del estado en que se encontraba el Hospital de Indios de Teocaltiche a principios de la década de los sesenta del siglo XX y el aspecto que presentó luego de que fue intervenida por el INAH.
Fuente:
1.- Martín Flores, José de Jesús. Fray Miguel de Bolonia: El guardián de los indios. Edición del Autor. 2006
Y mi pregunta de siempre: ¿Por qué se dejó de construír así?.
ResponderEliminarLeerte es una cómoda manera de aprender sobre símbolos, lugares, e infinitas cosas.
Felicidades por tantas investigaciones.