lunes, 12 de enero de 2015

De ranchos, haciendas, fiestas y tierras, por el rumbo de Salamanca, Guanajuato.

    Uno de los ejercicios que vengo desarrollando en "el otro blog", ese que tengo especializado en recabar la historia y tradiciones de Salamanca, Guanajuato, fue el relacionado con los anuncios, pósters, avisos o carteles que las iglesias de la localidad publican para dar a conocer los programas de las fiestas patronales de las distintas comunidades que hay en el municipio. El numero es grande, pues hay al menos 80 templos y capillas en la municipalidad, he documentado muchas de ellas. Pensé tenía datos de todas, pero me doy cuenta de que son muchas más así que, uno de los objetivos de este año es el documentar las que me faltan.

    El propósito tiene varios fines y varias líneas de investigación. La primera, y fundamental para mi, es la de conocer completamente el municipio del cual soy originario, la segunda documentar, para compartir, la riqueza histórica y de tradiciones que hay en la zona. Todo esto traerá el incursionar en aspectos de la vida cotidiana, especialmente de la región rural y de las zonas menos favorecidas. En buena medida esto es un ejercicio de vida y, quizá, pueda servir de base para desarrollar un programa en que se ayude a quienes menos oportunidades tienen. No soy ni mesiánico ni político, pero creo que al documentar, los que sí lo son, se darán cuenta de otras necesidades que por la región hay.

    Sabrás que el artículo anterior a éste, se trató sobre los templos y capillas que hay en la Delegación Milpa Alta del Distrito Federal; al documentar, en uno de los textos que leí, encontré un número que me dejo con muchas ideas en la cabeza: se dice que hay 700 fiestas al año. Me quedó la duda si esas 700 son en toda la ciudad de México o solamente el la mencionada Delegación. Me inclino a pensar que son en la ciudad, que, por ser la más grande del mundo, tener dos fiestas religiosas al día es algo creíble, a sabiendas de la dimensión geográfica y demográfica.

    En esa base podría decir que ese número es una constante (o casi) en todo México, al menos en la región central que está más poblada, y más apegada a las tradiciones y a la cosa religiosa. Lo digo por Salamanca en donde tenemos, al menos 80 templos y capillas lo que nos dice que tenemos un número similar de fiestas. En esta docena de días que llevamos en Enero, en el municipio hemos tenido la fiesta del Señor de la Piedad, en el rancho del Divisador, la de los Santos Reyes en el rancho de La Cal, la de San Gonzalo en el barrio de Nuestra Señora de San Juan y la de Guadalupe en el rancho de La Ordeña... en lo que resta del mes, hasta donde buenamente recuerdo, tendremos la fiesta de San Antonio Abad en la colonia Guanajuato y la de Santa María Reina, en la colonia Las Reynas. Seis fiestas en un mes, manteniendo la constante a lo largo del año, quiere decir que son 72 fiestas. Eso ya lo veremos cuando termine el año.

     Unas fiestas son en día fijo, de acuerdo al santoral, pero otras son movibles y van en base a un día determinado. En el caso de La Ordeña, la festividad es dedicada a Guadalupe y se hace el segundo sábado y domingo del mes de Enero, esta vez coincidió con el día de San Gonzalo. Vendrá luego, en Junio, una Octava, la única que se celebra en Salamanca, que es la del Corpus Christi, la octava es festiva, a diferencia de la Novena, que es reflexiva o de penitencia, de allí que luego de la muerte tengamos una novena. En fin, son muchas y diversas las formas de celebrar de acuerdo a los ritos católicos, muchos de ellos ya en desuso y adecuados a la vida actual, como el caso del Jueves de la Ascensión, festividad que era de las más grandes en Salamanca y que está a punto de desaparecer pues ahora no es en Jueves, sino en Domingo que se celebra.

    Con todo ese largo antecedente que te acabo de contar, nos vamos rumbo al norte de Salamanca, apenas 20 kilómtros, cruzando lo que hace mucho, al menos 3 siglos, se denominaba "el valle de Salamanca", hasta llegar a la falda de la Sierra de Codorices, allí comienza la parte serrana del municipio y allí es donde se ubica el rancho de La Ordeña, es la catorceava comunidad rural, según los datos del Censo 2010, la que más habitantes tiene es San José Temascatío, le sigue Cerro Gordo, Loma Pelada y Los Pireto, todas estas comunidades tienen el antecedente de que allí estuvo una hacienda en la época virreinal. (Para ver más números de ese Censo, entra aquí).

   Pero, como bien lo sabes, yo me muevo en autobús, así que, esta vez, me toca hacer escala, primero en San Nicolás de Ancón, cuyo antecedente es la próspera hacienda del Ancón, luego en el rancho de Barrón, que es el que vemos en la imagen, y finalmente llegamos a La Ordeña, sitio en el que, si algún día visitas, te sorprenderá ver como se levantan los bardas con piedras, sin aglutinantes, en dónde solo la presión de la misma piedra la mantienen en su lugar, obras de alta tecnología, tecnología ancestral, por cierto.

   La Hacienda del Ancón debió su prosperidad a la buenas tierras con que contaba y a que hubo otra tecnología que por el rumbo se manejó, que fue el encauce de los arroyos que, antaño, por estos rumbos bajaban de la sierra y alimentaban sistemas denominados cajas de agua, quedan varios vestigios de ellos, cosa de lo más interesante, por cierto.

    Por ese rumbo, el de Barrón, se está construyendo una carretera, quiero pensar que para mediados de este 2015 estará terminada, verás que por ahí lo que abunda es el polvo, razón por la cual, no lejos de allí cruzando el cerro que se llama La Tetilla, está otro rancho cuyo nombre es bien descriptivo, se llama El Terrero. Me sorprende ver, por ese rumbo, el vestigio de tres cuerpos que, a distancia parece fuera adoratorios, no lo dudo, pues por ahí cerca hay dos sitios ya documentados, uno Los Edificios, el otro el Cuisillo.

    Y esta era de las tierras más costosas que hace varios siglos había, era la tierra negra, la cual esta comprobado que era la más productiva, la más fértil o feraz, como muchos la denominaban. Peor había una mucho mejor todavía se le conocía como Tierra Lama, de esa eran pocas las zonas en donde se encontraba.

    Había tierra polvorilla y tierra cerril, que era la que bajaba mucho en su precio por ser poco productiva, ya que contaba con mucha piedra, incluso había una que se denominaba tierra pedregosa. Todos esos datos los he ido acumulando para, haciendo un análisis de precios, dimensiones, tipos de tierra, tener una panorama de lo que fue la tierra en el valle de Salamanca, (que es la zona del río Lerma hacia el norte) y parte del valle de Santiago, que era la zona del río Lerma hacia el sur; ese valle se dividió en dos parcialidades una para la Villa de Salamanca, la otra para el Valle de Santiago. (Nótese que una cosa es decir valle de Santiago y otra Valle de Santiago.)

    Y ahora, a lo que te invito es a seguir en imágenes por este rumbo de Salamanca, sitio que ahora está atravesado de Oriente a Poniente por una nueva Autopista, la que va de Salamanca a León, y por la cual, cuando la transites, verás estos tipos de tierra, especialmente la Tierra Negra, y verás algunos de los que denominan "cascos" de haciendas, algunas trojes, y, casi escondidos, esos vestigios del manejo de agua que hubo en tiempos pasados con las que fueron espectaculares Cajas de Agua. Es cosa de ir atento en el camino pues detalles los hay por miles.

    Siendo estos rumbos ya de tierra cerril, son los ideales para la cría de ganado menor...

    Así lució el templo de Guadalupe en La Ordeña en el mero día de su fiesta.

    Hace hambre, nada mejor que unas enchiladas...

    Siendo el día de la fiesta, no podrían faltar los músicos, con puras canciones "llegadoras"... y la fiesta la dejamos para mejor ocasión, pues ahora nos vamos a caminar un poco por el rancho, que buena falta me hace llenarme de el aire y ambiente del campo, del puro rancho...

















    Esta es la tierra pedregosa...



   La perfecta geometría de los surcos y la siembra...



    Y cuando se anda por el rancho, lo que hay que tener es paciencia, mucha paciencia pues, por acá, prisa, lo que se dice prisa, no hay para nada, y más vale tomarlo con calma y esperar a que de la hora, para partir...


   Y así, tranquilamente, se acabó el día, un sábado en el que, luego de caer el sol, es cuando comienza la otra parte de la fiesta, el baile y sus debidas consecuencias...

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