sábado, 10 de enero de 2015

Las poblaciones españolas itinerantes en el siglo XVI en México.

   La Geografía, más aun la Cartografía es algo que, desde niño me ha fascinado. Cursando la primaria no tuve necesidad nunca de ponerme a estudiar, todo lo entendía cuando la clase de Geografía era impartida pues, ni me montaba en bicicleta, ni jugaba futbol ni nada de la vida "normal" de un niño. En cambio los libros los pasaba y repasaba, las imágenes me las grababa, los mapas me los estudiaba de cabo a rabo y, ahora, luego de varias décadas que aquellos mapas que recorría con la mirada se volvieron caminos por andar, de pronto di con unas ciertas coincidencias que me hacía reír por un lado y analizar por el otro. Una de ellas era el ver como los nombres de las ciudades se van repitiendo. Específicamente con las Nuevas o Nuevos o New, según sea el lugar de origen y el país conquistado, y así ver el elenco de ciudades que, pongamos por caso el de Mérida, comenzó en España como la Emérita Augusta, paso a la Blanca Mérida en Yucatán y siguió a la Mérida venezolana. La lista es larga y (creo que) antes de que termine el 2015 tendré listo el artículo en donde veremos todas las repeticiones de nombres que hay en México. Lo que hoy nos ocupa es algo que también va en torno a los nombres de las ciudades y, más que a los nombres, la necesidad de cambiarlas de lugar. Y, coincidencias de la vida, esas tres que veremos son remembranzas españolas que vinieron a asentar a México: Valladolid, Guadalajara y Salamanca. Esas tres ciudades mexicanas, además de coincidir en sus nombres muy españoles, coinciden en que hubo la necesidad de moverlas.

   Esto que vemos es una placa colocada en un murete que fue colocado exprofeso en una tierra de nadie, en una zona aislada, al norte de Yucatán, la vi por casualidad cuando iba rumbo a El Cuyo y en ella alcanzamos a leer: "Aquí se fundó Valladolid por vez primera en mayo 1543". Así que, tenemos que Valladolid fue fundada primero "en el sitio conocido como Chauac Há, en el cacicazgo maya de Chikinchel poniéndola bajo la advocación de la Virgen de los Remedios y el patronazgo de San Gervacio, Montejo inmediatamente diseñó la traza que tendría la población, integró su primer cabildo y otorgó encomiendas a 45 conquistadores. La ciudad fue trasladada de lugar debido a la insalubridad y las enfermedades presentadas en éste lugar entre las que se encontraba, probablemente, la fiebre amarilla. Montejo se resistió al cambio, pero el cabildo, a nombre de la villa, lo amenazó con quejarse ante el rey Carlos I acusándolo de "persona que no procura el bien, utilidad y pacificación de los naturales de España".

   "El 24 de marzo de 1545 se trasladó la localidad desde el asentamiento de Chauac Há a la capital de los Cupules, las ruinas de la ciudad maya de Zací, palabra maya que significa gavilán blanco. La ciudad fue, desde su fundación y durante la colonia española, el centro de desarrollo del oriente de la Península de Yucatán" (Wikipedia). Este cambio de locación ocurrió poco antes de cumplir el segundo año de haber fundado la primera Valladolid, y el cambio no fue tan grande, pues solo se ubico unos 60 kilómetros más al sur, que en la época era cosa de nada, apenas 13 leguas.

   El caso de Guadalajara es mayor, pues fueron cuatro veces las que hubo necesidad de mover la población. Lo que vemos en la toma es la plaza principal de Nochistlán en Zacatecas, sitio en donde se fundó con el nombre de Guadalajara, el 5 de enero de 1532, "por Juan Cristóbal de Oñate quien había sido comisionado por Nuño de Guzmán. Este deseaba contar con una ciudad que le sirviera para asegurar sus conquistas y a la vez poderlas defender de la belicosidad de los naturales. La Villa de Guadalajara la fundaron 42 vecinos y un perro dalmata; el nombre de Guadalajara lo tomaron en recuerdo de Guadalajara, España, cuna de Nuño de Guzmán. Poco duró la villa en este sitio; con la anuencia de Guzmán, Cristóbal de Oñate, Miguel de Ibarra y Sancho Ortiz, el 19 de mayo de 1533, proyectaron mudarla de lugar en donde hubiera más agua, mejores medios de comunicación y menos Tolvaneras. Después de una deliberación con los vecinos y ante la negativa de Cristóbal de Oñate de establecerse en Tlacotán, deciden fundar la villa en Tonalá donde permanecieron durante dos años. Nuño de Guzmán recibió el título de Marqués del Valle de Tonalá, y los habitantes de la villa interferían en sus planes, por lo que a fines de 1534 los echó del lugar". (Wikipedia)

   Es así como, Guadalajara, pasa de lo que hoy es Nochistlán a lo que hoy es Tonalá, pero de allí seguiría a un sitio cercano a la barranca en el actual municipio de Ixtlahuacán del Río, para luego llegar a donde la conocemos en la actualidad. "La fundación en Tlacotlán ocurrió en 1535. Finalmente los 63 peinados sobrevivientes entre los que se encontraban Juan Cristóbal de Oñate, Antonio de Mendoza, Miguel de Ibarra, el desleal marqués Nuño de Guzmán, hallaron un lugar seguro contra el ataque de los pobladores del lugar en el valle de Atemajac (en un sitio llamado Tetlán por los nativos). El martes 14 de febrero de 1542 fundaron Guadalajara por cuarta y definitiva vez". (Wikipedia.)

   El tercer caso que ahora vemos de una ciudad cuyo nombre es tan español como el que más, el de Salamanca, nombre con el que son nombradas once distintas fundaciones, de las cuales ninguna de las diez primera lo conserva, en cambio la onceava Salamanca es justo la ciudad de la que soy originario, la Salamanca del Bajío, esa que Rojas Garcidueñas denominara como la Salamanca Criolla.

   El caso de Salamanca es tremendo, la primera fundación que se hace con ese nombre ocurre en uno de los sitios de mayor popularidad turística que hay en México: Xel-ha. Fue hacia 1527 que se fundó la primera Salamanca, apenas seis años luego de la caída de Tenochtitlan y la conquista de México. A mediados del siguiente año la fundación en Xel-ha es abandonada y trasladada un poco más al norte, a un sitio llamado Xaman-ha, el cual, actualmente conocemos como Playa del Carmen en Quintana Roo. (Para ver más sobre estas dos fundaciones entra aquí). La tercera refundación de Salamanca se va al lado del golfo, a un punto emblemático de la historia: Xicalango, lugar en donde fuera entregada la Malinche. Salamanca se volvería campechana, pues de Xicalango (actual Tabasco) pasa a Acalán, luego a Champotón, finalmente llega a Campeche, llamándose Salamanca de Campeche, era ya 1531.

   Campeche florecería pero con el nombre de San Francisco de Campeche, olvidándose de su apelativo salmantino. Y Salamanca volvería al actual Quintana Roo. Se funda entonces Salamanca de Bacalar, para luego, ante el temor de los piratas ingleses, adentrarse en la selva y llegar a un punto ya desaparecido llamado Pachá, que, ante la voracidad de la selva, es movido a Chunhuhub, para luego regresar a Bacalar. Vemos como, al iniciar el siglo XVII aparece en el listado de las fundaciones españolas de Nueva España la Alcaldía Mayor de Salamanca y para entonces, aparece la onceava Salamanca, que es la única de las once, que conserva el nombre: la del Bajío.

   Para el 16 de agosto de 1602, el virrey, conde de Monterrey autoriza la fundación de una villa de españoles "que se llame nombre e yntitule Salamanaca por agora y para siempre jamás..." Y sí, esa es la onceava Salamanca, la onceava vez que una población española se movía. Habrá que considerar que a este listado bien podríamos incluir los intentos de cambio que hubo de la ciudad de México que solo quedaron en intentos y que no se dieron nunca.

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