Había visto cuatro o cinco capillas, a cual más caprichosa y escondida, al andar por los callejones de Guanajuato pero esta llamó grandemente mi atención pues, de pronto, vi el último cuerpo de una torre salir de entre el caserío. Caminé un poco cuesta arriba y alcancé a ver casi completa la torre que, con un intenso color naranja era el punto focal de la escena. No veía fachada alguna, solamente la torre así que decidí aproximarme y me fui por un callejón que me llevó, rodeando la torre por la parte trasera, de la capilla.
Salí de ese callejón y entre en otro, en sentido contrario a las manecillas del reloj y pude ver mejor el frente, que no es frente sino lateral del templo pues, los caprichos de las calles en Guanajuato te hacen pensar una cosa que resulta ser otra. La prueba la tenía frente a mi, pues el atrio del pequeño templo es la azotea de la casa contigua. Entré en el recinto y reconocí la imagen que había visto en uno de esos affiches o posters o anuncios, no se como llamarles, de las novenas y fiestas patronales.
Se trata de la capilla del Divino Preso y tiene asignada su festividad para el cuarto domingo de julio. Acababan de rezar el rosario, había unas cuatro personas en la capilla, pregunté si sabían desde cuándo se veneraba la imagen. Se quedaron viendo unos con otros: no, no sabemos, quien se sabe la historia no vino ahora. Pregunté si la capilla había sido de alguna de las Haciendas de Beneficio y la respuesta fue la misma, luego de voltearse a ver unos con otros... no pues solo él es el que se sabe la historia.
¿Es usted el mayordomo? pregunté. La respuesta fue: no, yo solo cuido. ¿Pero hay un mayordomo aquí? No... yo vengo porque mi papá cuidaba el templo y antes de morir me lo encargó. Oiga -dije- ¿y a su papá se lo encargó su abuelo? Sí. Me respondió. Oiga...-arremetí- ¿Es de pasta de caña la imagen? Pos quién sabe... ¿quiere verla de cerca? Pues sí, si me hace favor. Tiene sus costillas, me dijo. Pude notar que no es de pasta de caña, que es de tamaño natural y está hecha en madera. En cuanto a la fecha. Si estamos hablando de tres generaciones puedo deducir que viene de finales del siglo XIX.
No encontré mayores datos. Viendo las afamadas Efemérides guanajuatenses del padre Marmolejo anota 26 templos y capillas pero ninguna del Divino Preso. Espero en la siguiente visita que haga a Guanajuato localizar al que se sabe la historia para comprobar lo que digo aquí, de que es del último cuarto del siglo XIX, pero de que es curiosa, amén de extraña, la forma en que está ubicado este pequeño templo, de eso no hay duda.
¿Tendrá información de cómo llegar a la Capilla? ¡No la encuentro por ningún lado!
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