Fue hace tres años cuando estaba en Jilotepec y cada tarde oía la canción en un altavoz. La primera vez me pareció curioso, la segunda igual, al tercer día me pareció un exceso. Estuve más de un mes en la mencionada población y cada tarde era lo mismo "panadero con el pan". Luego de varios meses de andar por México regresé a Salamanca y una tarde comienzo a oír la canción. No puede ser, fue lo primero que pensé, ahora el tormento lo tengo en casa. Y sí, efectivamente, desde entonces , cosa de un par de años, todas las tardes oigo la canción pues es, como seguramente lo será por donde tú vives, el anuncio de que el camión que vende pan está próximo a tu casa.
De ser un tormento continuo pasó a ser un aviso, un aviso más del tormento general que se llama perifoneo con el que, al menos por mi rumbo, el Huapango de Moncayo es el anuncio del vendedor de tortillas, el grito que era aquel de: "eeeel gas", ahora es perifoneado, pero como son tres las compañías que por acá lo distribuyen, tenemos un campanazo grabado o el grito desesperado con el nombre de la otra gasera... agreguemos el tradicional martillazo de la basura, el silbido de vapor del camotero, el agudo "pícolo" del afilador.
Independientemente de la contaminación auditiva de que somos objeto, de unos años para acá, lo que hoy veremos es una colección de imágenes que alguien por ahí me pidió, que son las magníficas piezas que las panaderías de Guanajuato, Irapuato y Salamanca ofrecen cada día, sin necesidad de rompernos los tímpanos con la cancioncita y sí dándonos las exquisiteces que por estos lares es tradición.
"Traigo bolillos y teleras en sazón... gendarmes, besos, conchas... hojaldras, novias, cuernos, corbatas, volcanes, piedras, viudas, orejas..." esa es la lista que da la canción, pero cuando vamos a la panadería topamos con muchos más y con nombres tan particulares como condes, daneses, borrachos, mamones, trenzas, panqué, polvorones, donas, moños...
Agreguemos los panes de temporada, como el de Muerto o la Rosca de Reyes... la Capirotada de cuaresma, que si bien no es un pan en sí, la base para prepararlo son diferentes tipos de pan... los panes de agua y si de repostería se trata, creo la lista será enorme. Recuerdo los panes con anís en Puebla, una delicia. Los de coco de Oaxaca... y recuerdo el pan francés de Teocaltiche que merece una mención especial.
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