miércoles, 12 de diciembre de 2018

La fiesta de Guadalupe de 1796 en la villa de Salamanca (Guanajuato).

  Hurgando, hace unos meses, por antiguos archivos, dí, de pronto con un libro, no muy grande, con algo así como 40 folios, de un papel de buena calidad, con un empastado en cuero, muy de la época, en el que se consignaban los gastos que la Cofradía de Nuestra Señora Santa María Santísima de Guadalupe realizaba anualmente. El libro consignaba también  las reuniones que los cofrades tenían cada año, poco antes de que finalizara, para entregar cuentas de lo recibido y de lo gastado a lo largo del mismo. Una reunión más había, luego de las festividades de la Epifanía, en la que se designaba al nuevo Mayordomo.

   Esa Cofradía era la más importante de la Villa de Salamanca, en términos económicos pues reunía a los acaudalados de la población; no era la única, había otra que era más grande que tenía por sede el templo del Señor del Hospital, en donde hay una imagen de Cristo muy venerada en la población pero (siempre hay un pero) la enrome diferencia estaba en que la de Guadalupe congregaba a criollos y españoles, mientras que la otra estaba destinada a mestizos e indios. Bien sabemos que en tiempos virreinales la estratificación social estaba presente en todo.

   El libro mencionado anota los gastos que había en solo dos festividades que cada año se realizaban, una era la del Jueves Santo, la otra la del 12 de Diciembre y es en esta, la fiesta de Guadalupe, que me enfocaré esta vez, pues cuando iba leyendo el libro, imaginaba lo que sucedía entonces, años de la última década del siglo XVIII, en esta villa. Como antecedente del hoy Santuario de Guadalupe está una capilla, seguramente rudimentaria, dedicada a San Juan Nepomuceno. De ella no tenemos datos de cuándo se fundó, ni quién lo hizo, quizá fue en el XVII en una de las visitas de los padres de la Compañía de Jesús asentados en Guanajuato, los cuales -seguramente- no fueron vistos con buenos ojos por los agustinos que, desde 1613 estaban ya con su casa en Salamanca.

   No sabemos cuándo deja de estar dedicada a San Juan Nepomuceno y pasa a serlo de la virgen de Guadalupe -no está de más aclarar que a la Guadalupe mexicana, que no a la extremeña- y por su ubicación, a pocas calles (una) de la zona reservada a españoles y criollos, intuimos que era originalmente una capilla de indios, pero, como a mitad del siglo XVIII el culto a Guadalupe había incrementado grandemente, abarcaba ya a todos los estratos y clases de población... lo de "clases" se entendía en la época en los propios libros parroquiales, unos eran los indios y castas... otra los españoles, que incluía a los criollos.

   Ya en el último cuarto del siglo XVIII el Santuario de Guadalupe era sede de los pudientes, fue en 1781 que se funda la Cofradía salmantina de Guadalupe, hay la idea de levantar un templo suntuoso, pero queda en apenas los cimientos... y tomando como mero ejemplo de lo que era la fiesta de Guadalupe en esta población, me enfoco a la cuenta de gastos de la solemne festividad a Santa María de Guadalupe en su fiesta del 12 de diciembre de 1796.

   De entrada se pagaron 22 pesos y 6 reales en derechos parroquiales por vísperas, misa y sermón. 6 pesos como gratificación al padre Predicador. 3 pesos a los padres que hicieron el rosario. 10 pesos al Maestro de capilla por la función y el rosario. 8 pesos al Sacristán por poner y quitar el altar. 25 pesos por la impresión y colocación de 500 tarjas. 9 pesos con 4 reales fue el costo del refresco y aguas para el paseo (de la imagen). 3 pesos a los cocheros que trajeron el forlón de el Valle (de Santiago) y 10 pesos para los músicos.

   Se pagaron, además 2 pesos para el tambor, clarín, pífano y chirimías. 8 pesos con 4 reales fue el costo de escamar la cera. 31 pesos para 31 libras de cera que se consumieron en la festividad. 4 pesos por la compostura de las andas. Por 3 arrobas de manteca que se gastaron en la capilla y en la casa del Mayordomo para la iluminación de dos días, más un peso de candiles y mecheros, todo eso reportó 8 pesos con 4 reales. 5 pesos 4 reales por 20 ramas de ocote, más 3 pesos por 24 cargas de garambullo.

    3 pesos para la fruta de horno y el chocolate que se repartió en la sacristía. 2 pesos y 5 reales por siete cuartillos de vino blanco que se repartieron a la gente que comulgó. 4 pesos y 2 reales fueron repartidos a los "Angelitos" y "Juan Diegos" que fueron en el rosario, un total de 41 niños. 4 pesos a los chirimiteros, clarín, pífano y tambor por vísperas y el día de la fiesta. 37 pesos con 2 y medio reales fueron pagados al cohetero y 4 pesos con 2 reales a los mozos que ayudaron en la función, es decir, en la misa.

   Vemos así que los gastos más fuertes estaban en las velas e iluminaciones, y en la cohetería, vemos que había música y que las procesiones con rezo de rosario eran durante toda la novena. Considerando el tamaño que la población tenía en ese tiempo, el que se hayan hecho y pegado 500 tarjas, quiere decir que llenaron cada esquina, quizá cada puerta que había. Vemos que la presencia de niños era abundante y que eso que ahora se conoce como "vestir de indito" a los niños entonces se conocía como angelitos y Juan Dieguitos....

   No se dice nada de lo que ocurría afuera del templo, pero de seguro la fiesta con su respectiva vendimia se realizaba...es decir, no han cambiado en mucho las cosas, solamente han evolucionado y se han adaptado a lo que hoy día podemos conseguir.








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