Agave (del griego αγαυή, ‘noble’ o ‘admirable’) es un género de flores monocotiledóneas, generalmente suculentas, pertenecientes a la familia Agavaceae a la que da nombre.
Su área de origen es la región árida que hoy se encuentra repartida entre el norte de México y el sur de los Estados Unidos. Se estima que el género empezó a diversificarse hace 12 millones de años, por lo cual ha logrado una enorme diversidad de especies, superando las 300. Reciben numerosos nombres comunes, como agave, pita, maguey, cabuya, fique o mezcal, entre los más conocidos.
El género Agave fue dado a conocer científicamente en Europa, en 1753, por el naturalista sueco Carlos Linneo, quien lo tomó del griego Agavos. En la mitología griega, Ágave era una ménade hija de Cadmo, rey de Tebas que, al frente de una muchedumbre de bacantes asesinó a su hijo Penteo sucesor de Cadmo en el trono. La palabra agave alude, pues, a algo admirable o noble.
En México, diferentes culturas dieron distintos nombres a esta planta: metl, mecetl (náhuatl), uadá (otomí), doba (zapoteco) y akamba (purépecha).
Los españoles usaron la palabra caribeña maguey para nombrarla y éste es, quizá, el nombre común más difundido.
Los grupos humanos originarios de esta región utilizaron esta planta desde hace diez mil años, tanto por sus fibras como por el aguamiel que obtenían de ella. El mexcalli —A. horrida— es un maguey especialmente rico en azúcares. Su cultivo se extiende desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de Argentina. (Wikipedia.)
Como lo he dicho ya, que el Maguey es originario de América, debo anotar que hoy esta planta está muy esparcida en el viejo continente. Después de la conquista transmigró el Maguey al extranjero, implantándose en California y en las Antillas, y hoy se encuentra al lado del Golfo en Cuba, Jamaica y Santo Domingo, y al Norte en la Florida, Georgia y Carolina del Sur.
Prospera también el Maguey en Caracas, en Venezuela, en Cumaná y en el Orinoco, en Perú y en el Chile. En Europa nuestro Maguey es demasiado conocido, aunque no se explota, y sirve especialmente como planta de ornamentación. Se ve en muchos puntos de Italia, en el lago Como, en el lago Mayer de Lausana, en Luca, Florencia, Siena, Arezo, Padua, Bolonia, Venecia, Perugia y en muchos jardines del monte Palatino: en Roma hay las más hermosas variedades. En todo el litoral de la Dalmacia es muy común lo mismo que en las comarcas meridionales de Francia. También se le encuentra en España, sobre todo en Cataluña, Granada, Valencia, al Sur del Guadalquivir en Andalucía, en Extremadura y en Palencia. En Portugal lo hay en los litorales del Atlántico á la altura de Coimbra, en Grecia en el Peloponeso en los jardines de Smirna, cerca de Kalamate y en la isla de Creta.
En Turquía embellece los jardines de Constantinopla, y se cultiva como planta ornamental en Serbia, Bosnia, Czernagora y Montenegro. Se da fácilmente en Suchum [Rusia] en la Costa del Mar Negro, y lo mismo en África, en las islas Canarias, en las Azores, y en la de Madera, en la de Borbón, Mauricio, en los cabos Verde y de Buena Esperanza, siendo muy abundante en Argelia. En la Asia, pero especialmente en la India Oriental, prospera con exceso. Per o es preciso advertir que en muchos de esos puntos, como en la alta Asia y en África, el Maguey no ha sido importado, sino que es producto indígena.
Muchos son los sabios naturalistas extranjeros que han hecho estudios especiales sobre el Maguey, ya clasificándolo, ya delineando sus zonas topográficas. Según Ch. Martins, el Maguey, en Europa, se encuentra en la región mediterránea comprendida entre el grado 44 al 50 de latitud septentrional y del grado 11 de longitud occidental de Paris al 27 de longitud oriental, abarcando un a aérea de ocho grados de latitud y 38 de longitud.
Pero otro naturalista, Danielli, en su "Studi sul agave americana", impreso en 1885, corrige las anteriores proyecciones, y obákrvaque si el ágave florea y a en la parte meridional de Inglaterra y espléndidamente en Suchun, deben modificarse para Europa los límites asignados por Martins para la región del Maguey y extender el límite septentrional á 50° y el oriental á 43° de longitud.
El Maguey ó metl lleva en Botánica el nombre genérico de "Agave americana", cuyo sustantivo ha sido interpretado de diversas maneras por los naturalistas.
La palabra "Agave" viene de una leyenda helénica: "Agave" madre de Penteo, cuenta la mitología griega que enloquecida por Baco hizo pedazos á su hijo; y el Sr. Segura, en su monografía sobre el cultivo del Maguey dice que sin duda aludiendo á lo espinoso de las hojas de esta planta se le dio el nombre griego de Agave.
Yo estoy inconforme con esta apreciación etimológica, pues á ser exacta se llamarían agaves todas las plantas espinosas. Me permito aventurar otra opinión sobre el motivo que hubo par a dar al Maguey el nombre de agve, y es el siguiente.—Si se atiende á que el Maguey solo da sus mejores frutos, el aguamiel, el alcohol y la fibra, castrando su tallo floral y mutilando sus órganos sexuales ó sus hojas, puede atribuirse á este desgarramiento de la planta que se le haya dado el nombre de la madre de Penteo, filicida en un momento de embriaguez.
Otros botánicos creen que esta denominación viene de la voz griega "Ayavos" que significa admirable, pomposo, magnífico; mas no debe olvidarse que "agav", también es herida en griego.
Mas sea lo que fuere, el hecho más resaltante y que debe consignarse aquí, es que el Agave tan despreciado en su suelo nativo, ha llamado seriamente la atención de los sabios naturalistas de Europa, lo mismo Franceses que Italianos y Alemanes.
Como no intento hacer una monografía científica de esta planta, sino simplemente una Memoria de su importancia como productora de riquísimas sustancias utilizables en la alimentación, en la industria y en el comercio, no reproduciré las numerosas clasificaciones que se han hecho en Europa de muchas variedades del Maguey.
Y con tanta más razón me abstengo de mencionar esos trabajos botánicos cuanto que hay que tener en cuenta que esas clasificaciones han sido hechas sobre plantas jóvenes transportadas de América, aclimatadas en los invernaderos de Kew ó en los jardines botánicos de Europa. Y estas condiciones cambian radicalmente el modo de ser del Maguey, que se modifica en su organismo cuando se le trasplanta á un terreno exótico y á un medio ambiente que no es el suyo.
Solo consignaré que en Europa botánicos reputados y competentes han clasificado ya varias especies: en la obra titulada Biologia Centrali americana, parte XVII, correspondiente á Febrero de 1884, se encuentran clasificadas por diferente s botánicos 12 especies y tres variedades peculiares de México, y allí se señala el lugar de la república donde se da cada especie.
También deben citarse algunos sabios y naturalistas que se han ocupado del Maguey y que han clasificado algunas de sus especies, ocupando un lugar preferente el célebre botánico Jacobi que escribió su "Ensay o de un orden sistemático de los agaves, "cuyo sistema de clasificación se publicó en la Gaceta de Jardinería de Hamburgo en Enero de 1864.
A este minucioso estudio hizo su autor muchas rectificaciones que se publicaron en los "Anales de la Sociedad de Ciencias" de Silesia en varios años consecutivos, desde 1867 hasta 1872.
En México también se han hecho algunos trabajos, aunque pocos, sobre los agaves desde la conquista hasta nuestros días. Hernández en su "Rerum medicamentorun novce hispanice thessaurus" describe diez especies de Maguey, siguiendo el sistema de Plinio, pero dando á cada especie su nombre mexicano.
Pero en este índice, lo mismo que en el que dicho autor inserta en su historia "Plantarum Novoe Hispanice", Hernández incluye géneros y familias distintos del agave, como el que llama "Mexocotl ó Maguey de ciruelas", que no es Maguey sino una bromeliácea; y la "Karatas plumeri" [de Edy Morren] que en Veracruz se conoce con el nombre vulgar de Cardón y cuyo fruto es agridulce y muy sano.
Tampoco acierta el Sr. Hernández en su descripción del primero de los magueyes el "Teometl" ó Maguey de Dios, de los llanos de Apam al que da caracteres que no tiene.
También del cultivo y explotación del Maguey se ocuparon algunos escritores antiguos, aunque con mucha superficialidad.
El Sr. Segura en su Monografía del Maguey cita al Padre Lazcano que escribió en 1857 un opúsculo dando á conocer la planta y las reglas empíricas de su cultivo.
Pero el Sr. Segura afirma que el Padre Lazcano usó en dicho trabajo el seudónimo de Ramo Zezchan Noamira, y esto merece una rectificación. No fue el Padre Lazcano el que escribió dicho opúsculo sino Don José Mariano Sánchez, dueño que fue de la Hacienda pulquera de San Pedro Tochatlaco, hecho posteriormente conocido por el ilustrado Sr. Segura.
Después del anterior trabajo Don Manuel Payno escribió una notable Memoria acerca de tan interesante asunto, en la que abundan preciosos datos históricos y económicos, pero carente de clasificaciones científicas y reglas de cultivo.
En un Diccionario de agricultura y economía rural, publicado en Puebla durante el año de 1870, el Sr. Ignacio Blasquez insertó un tratado acerca del cultivo del Maguey y tanto sobre este importantísimo ramo agrícola, como bajo el punto de vista médico é industrial hay estudios que honran á los Señores Doctores Ramos y Lobato, y que deben consultarse.
Pero el más notable de estos trabajos es la última Memoria sobre el Maguey escrita por el Ingeniero agrónomo Señor José C. Segura, y cuya última edición es de 1891. En ella se encuentran reunidos cuantos estudios se han hecho sobre el Agave americano, y por los preciosos datos que contiene me sirvió frecuentemente de guía en esta mi humilde obra.
Fuente:
El maguey. Memoria presentada por el General Pedro Rincón Gallardo, Presidente de la Comisión Agrícola Mexicana en el Congreso Internacional de Agricultura que funcionó en la ciudad de Forth Worth, Texas. 6-14 de diciembre de 1898. Imprenta particular de la Sociedad Agrícola Mexicana. México, 1901. pp.
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