“La fuente simbólica de los afectos: amor, compasión, caridad, alegría o tristeza, pero también de iluminación espiritual, verdad e inteligencia. A menudo se igualaba con el alma. Muchas tradiciones antiguas no hacían una clara distinción entre los sentimientos y pensamientos. Una persona que “dejara que el corazón mandara en la cabeza” en un tiempo hubiera parecido sensible en lugar de imprudente. Simbólicamente, el corazón era el sol del cuerpo, animando todo. La aplicación de ritual de esta fe condujo a los aztecas a sacrificar miles de corazones al sol cada año para restaurar su poder. Como símbolo de lo que es más esencial del ser humano, el corazón se dejaba en los cuerpos sin entrañas de las momias egipcias. Se le pesaba en el inframundo para determinar si estaba pesado por sus malas acciones o si era lo bastante ligero para pasar al paraíso.
El corazón es emblema de la verdad, la conciencia o el valor moral en muchas religiones, el templo o trono de dios en el pensamiento islámico o judeo cristiano, el centro divino o Atman y el Tercer Ojo de la sabiduría trascendental en el hinduismo; el diamante de la pureza y la esencia del Buda; el centro taoísta de la comprensión. El “corazón sagrado” de Cristo se convirtió en el centro de interés del culto católico romano como símbolo del amor redentor del Señor y a veces se muestra desgarrado por uñas y con una corona de espinas, en referencia a la crucifixión.
Un corazón coronado de espinas también es emblema del santo jesuita Ignacio de Loyola; mientras que un corazón flameante es atributo de los santos Agustín y Antonio de Padua. Un corazón en llamas es un símbolo clave del cristianismo ardiente pero también un atributo en el arte de la Caridad y de la pasión profana, como en las pinturas del renacimiento de la diosa griega Afrodita (Venus en la mitología romana). El corazón traspasado por la flecha de Eros (Cupido) era otro tema del renacimiento, que se convirtió en tema del día de San Valentín, festival de mitad de febrero con raíces paganas más que cristianas. En la iconografía, el corazón adquiere una forma como de florero o gráficamente se representa mediante un triángulo invertido que simboliza algo en que el amor se vierte o transporta; en este sentido está vinculado con el Santo Grial (1)",
Llamamos Cardiomorfosis a la conversión del Corazón humano según el Sagrado Corazón de Jesús, que es el principio y fin de nuestra reconciliación penitente. Se podía alcanzar esta conversión siguiendo los diferentes caminos ascéticos propuestos por los maestros espirituales jesuitas del período barroco, a partir de tratados de emblemática espiritual de gran difusión en Europa y el Imperio español. El tema de la Cardiomorfosis es sumamente interesante y profundo, para leer al respecto, entra aquí.
Tresidder, Jack. Diccionario de los símbolos. Grupo Editorial Tomo. México, 2003. pp. 66-67
Excelente artìculo.
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