martes, 25 de agosto de 2015

Una visita a Charcas, en el Altiplano Potosino

     Dejamos San Luis y nos vamos a Charcas, en el Altiplano Potosino, la opción de transporte es la línea Altiplano, el recorrido es de tres horas y vamos para allá atendiendo la invitación de un Centro Cultural interesado en los temas de historia de nuestro país, soy de los tres invitados, el único expositor que no hablará de la región del Altiplano, sino que será en torno a las relaciones que hay entre las culturas de Mesoamérica que al ir influenciando una a la otra conformó eso que ahora consideramos es la cultura mexicana.

   Es cosa de salir de la mancha urbana de San Luis para que veamos la vegetación característica del semidesierto, dominando la planta que conozco por el nombre de yuca, la única que sobresale del matorral, cada vez son menos los huizaches que se ven en el paisaje, hay abundancia de nopales, muchos con las enormes tunas, sean rojas que blancas. En el horizonte siempre veremos a la Sierra Madre Oriental, la que va tomando nombres según la región por donde la estemos cruzando, pero aquí nunca la cruzaremos pues esto es el altiplano, no son llanuras como las del Bajío, sino terreno ligeramente plano en donde hay, de pronto, suaves colinas.

   Charcas fue fundado en 1572, es la población más antigua del estado de San Luis Potosí. Al igual que la capital tiene un nombre asociado con Bolivia, pues la antigua Choquechaca fue asiento del pueblo Charca y San Luis tiene el, digamos, apellido de Potosí, en referencia a la Villa Imperial del Potosí y su Sumaj Orcko, el cerro de plata que fue el más rico de ese metal a lo largo del siglo XVI y parte del XVII. Con esto recordamos aquella famosa frase de: "Esto vale un potosí".

  "La región de Charcas se encontraba habitada por indios guachichiles, realmente salvajes y agresivos. Estas tribus sanguinarias volvían imposible el crecimiento y la exploración de los conquistadores. La corona española estaba interesada en hacer crecer la explotación minera hacia el norte, y eso ocasionó una pugna que es conocida como la guerra Chichimeca, conflicto que duró de 1545 a 1590. Con el descubrimiento mineral de Charcas por don Juan de Oñate, en 1563 ―y después la fundación del pueblo y el convento como avanzada de colonización para la evangelización―, sirvió de base para la consolidación del lugar mientras se libraban las batallas contra los locales. A la mina principal se le puso el nombre de San Cristóbal, en memoria del padre de Oñate, don Cristóbal de Oñate. Ese lugar fue desvastado totalmente por los fieros indígenas; los conquistadores y misioneros tuvieron que regresar a refundarlo, en 1582.Las primeras explotaciones se realizaron en el año de 1583 en las vetas Leones y Santa Isabel". (Tomado de: Mineralia Specimens.)

   Como todo pueblo minero, Charcas guarda una abundante historia pues donde hubo riqueza hubo espléndidas construcciones, algunas de las que queda son el templo y convento franciscano y la alhóndiga en donde, por cierto, se conserva el escudo de la Corona española a pesar de aquella prohibición que hubo una vez consumada la Independencia, de borrar todo escudo español de los edificios públicos. Si no has oído hablar de este sitio, en este mapa verás su localización. Con esta poca de información nos vamos a conocer algo de lo que Charcas ofrece al visitante:



   Por Charcas pasó el Padre de la Patria, en su huida, luego de la derrota de Puente de Calderón.



















  Mención de honor tiene el mezcal que en Charcas se produce, el Laguna Seca, de los mejores mezcales que he probado. Por cierto, la Ruta de Hidalgo también está marcada en Laguna Seca.


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