domingo, 28 de febrero de 2016

Los órganos: La música divina

   De pronto somos muy dados a enorgullecernos de las maravillas que hay en nuestro país no por lo que son sino por el número que forman. Y, en muchas ocasiones oímos eso de que somos el país con más zonas arqueológicas, con más áreas naturales protegidas, con más sitios patrimonio de la humanidad, y varios etcéteras más. Cuando escucho eso suelo agregar: "pero... ¿en qué condiciones?" Así pues, usando los número he dicho en este Bable que hubo, en tiempos virreinales 14 mil templos, el número coincidió, casualmente cuando, en la reciente visita del Papa se dijo que en México hay 14 mil sacerdotes y no son suficientes. 

   En la obra más clásica que trata sobre la llegada del catolicismo a México, la Historia Eclesiástica, nos dice que tan solo fray Pedro de Gante construyó 500 templos, digamos que la gran mayoría fueron capillas y que todos fueron de adobe y ya no existen. Como quiera, pensando que el numero de catorce mil fuera cierto, y tomando sólo el diez por ciento de ellos, tendríamos 1400 templos dignos de ver casi que con lupa para admirar las muchas cosas que dentro de ellos hay, todo arte, simbolismos y... música.

   En lo personal no soy del todo musical, prefiero el silencio y los sonidos naturales y de la cotidianidad, pero se muy bien que hubo un tiempo en que la música se permitió solamente en cosas asociadas a los oficios religiosos y un instrumento fue el elegido para producir música divina... celestial: el órgano con el cual, los cantos que se elevaban a Dios fueron eso, celestiales. El canto Gregoriano.

   Con esas ideas en la cabeza, esta vez volvemos a recorrer templos pero enfocándonos a un sólo objeto: el órgano. Para ello recurro al archivo fotográfico que tengo en esta lap (que es apenas el 15% de todo mi archivo fotográfico) y encuentro varios de estos magnos objetos. El primero es el órgano del templo de San Agustín en Salamanca, sigue el de la parroquia de San Bernardino de Siena en Xochimilco, el del templo agustino en Malinalco, y ahora vemos el del Santuario del Señor del Hospital en Salamanca.

   Este, lateral, es en el templo de La Merced en Mellado, Guanajuato.

   De nuevo el magnífico de San Agustín en Salamanca.

   Otro San Agsutín, en San Luis Potosí.

   El de Santa Prisca en Taxco.

   El de Nuestra Señora de Guanajuato.

   El de la parroquia de la Asunción, en Lagos.

  En el templo de La Compañía, en Guanajuato.

  El de la Catedral de Aguascalientes.

El de la Catedral de Cuernavaca.

El órgano en el templo de San Diego, en Guanajuato.

En la Parroquia Antigua de Salamanca, Guanajuato.

En el templo de Belén, en Guanajuato.

En la Parroquia de Teocaltiche, Jalisco.

   El tema es largo y abundante, si quieres ahondar en él, entra aquí.


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