sábado, 9 de octubre de 2010

Hernán Pérez de Bocanegra o el inicio del tráfico de influencias...

Comenzaré por decirte que sigo con el problema de la computadora, afortunadamente ahora en el Centro de las Artes de Salamanca ya actualizaron sus equipos de cómputo, por lo tanto me es más fácil escribir desde aquí. Hace poco era una pesadilla estar en este recinto pues el servidor no estaba adecuado a la cantidad de equipos, como quiera, problema resuleto para todos entremos en materia.

No se si fue don Quijote a Sancho Panza ó Crortés a Bernal Díaz del Castillo quién dijo, palabras más palabras menos: "creo que estamos en honduras...", pues bien, yo no creo, sino seguro estoy que me he metido en unas honduras de las cuales ahora no se cómo salir. Me explico:

Sabes bien que otro de los sitios que mantengo, además del multicitado Cabezas de Águila, en el cual acabo de publicar, por cierto, la biografía de otro de los olvidados de la guerra de Independencia, el Amo Torres; pues en el otro sitio, el otro blog, el de El Señor del Hospital, en ese pretendo desarrollar la micro historia regional de Salamanca, sé que eso es bastante pretencioso, pero si no alguien da inicio, la valiosísima información recabada por don José Rojas Garcidueñas se perderá.... bueno, pues leyéndo precisamente el libro que él escribió sobre la historia de Salamana, en su apéndice aparece la licencia y merced de fundación de la villa de Salamanca, esto es, 1602; allí se menciona un nombre que desde hace algún tiempo me ha rebotado en la cabeza: Alonso Pérez de Bocanegra.

Si el asunto de la conquista, de las genealogías y del inicio de la corrupción en México te interesa, seguramente habrás oido del apellido Pérez de Bocanegra, solo que, adentrándome en la temática encuentro a dos personajes, casi simultaneos con el mismo nombre, cosa que, bien lo sabemos, es común a lo largo de los 300 años de sometimiento hispano, pues el hijo, padre, nieto, bisnieto et ad infinitum, llevaban el mismo nombre ó, para complicarnos aun más, se le ponía el nombre de un personaje que uno admiraba (entendamos la admiración al dinero, al linaje y a mantener el estatus político y social) pues así le ponían....

Aquí en El Bable, ya hemos dado cuenta de los Pérez de Bocanegra, en este caso fue enfocados como los propietarios de la muy bella hacienda de La Labor, en Apaseo el Grande, Guanajuato, allí hablamos de los mayorazgos, entre otras cosas, pues el mantenía uno, el de los Apaseos.

Pues bien, recordando ese nombre, y encontrándolo en la merced de fundación de la villa de Salamanca comencé esto, que te aseguro es verdaderamente, meterse en honduras, vamos por partes. Hernán Pérez de Bocanegra y Córdoba, nacido en España entre 1504 y 1506 llega a México en sus floridos veintidós años y viene junto a su tío, Luis Ponce de León, el cual venía a ocupar un alto cargo de Juez de Residencia en la Nueva España, puesto que fue creado para vigilar los abusos que cometía Hernán Cortés, abusos que fueron inventados por su enemigo, Nuño de Guzmán. Extrañamente muere a las tres semanas de haber llegado, el 20 de julio de 1526, se dice que fue envenenado con una planta de rejalgar: Hernán Pérez de Bocanegra queda en la ciudad solo pero con la agilidad y habilidad para saberse acomodar en tan encumbrado sitio que le dejó su tio, con las relaciones directas a la gente más encumbrada de los perimeros años de la colonia. Es a prtir de entonces que "recibió muchos favores y regalías por parte de las autoridades novohispanas".

Leemos al cornista de Apaseo el Alto, Guanajuato; Francisco Souza Vargas: "Salvo unas cuantas excepciones, las mercedes cedidas en el siglo XVI fueron limitadas, otorgándose a una misma persona solo uno ó dos sitios de ganado y/o una a cuatro caballerías. Hubo individuos que para obtener una mayor cantidad de mercedes acudieron a prestanombres; tal fue el caso de Hernán Pérez de Bocanegra, tan ligado al pueblo de Apaseo el Alto. Se repartieron sitios de ganado mayor y menor, criaderos de ganado, potreros, caballerías y solares para casa o huerta. También se otorgaban mercedes para establecer unidades productivas específicas como por ejemplo, los molinos; así fue como se le otrogaron a Hernán Pérez de Bocanegra las mercedes para establecer tres molinos de trigo en Apaseo el Alto el 27 de noviembre de 1538 por ordenamientos de Atonio de Mendoza". (1)

Se adhiere a las incursiones que el salvaje Vasco Nuño de Guzmán hace al occidente del territorio, entrando en la región Purépecha y haciendo entrada a lo que actualmente es la parte sur del Bajío, es decir, Hernán Pérez de Bocanegra se va familiarizando con las bondades que la región central de México ofrecía: tierra fértil, abundancia en agua y un clima excepcional, entre otras cosas. Entra en pleito de posesión con los caciques otomís asentados en lo que hoy es Querétaro, luego le sería entregada la encomienda de Acámbaro, luego la de los Apaseos, para 1551 "el virrey Velasco lanzó la primera entrada punitiva desde la ciudad de México, encabezada por Hernán Pérez de Bocanegra (encomendero de Acámbaro y Apaseo) y por capitán Gonzalo Hernández de Rojas. Esta expedición, financiada por el tesoro real, estuvo en acción desde el 13 de octubre de 1551 hasta el 13 de enero de 1552. Al menos diez de sus jinetes estaban aramdos con ballestas y el resto (posiblemente cuarenta) llevaban arcabuces; no menos de 20 de los soldados vestían armaduras de algodón..." esto lo leemos en La Guerra Chichimeca de Jim Powell, libro escencial para entender la historia del Bajío. Es en esta lectura que comprobamos cual fue su importancia y el por qué de todas las prevendas que recibió, el motivo de resultar siempre favorecido en el reparto de propiedades: que no temió a los primeros avances en la zona desconocida al norte de la ciudad de México, en lo que se llamabas "las tierras bárbaras del norte" que darían paso luego a la denominación de "Tierra Adentro".

Así pues, Pérez de Bocanegra si no sabía hacer la guerra, algo hacía muy bien, volvemos a Jim Powell: "...además de los dos jefes otomís ya mencionados había un tercero -en cierto sentido, el patriarca de os otomíes favorables a la causa española-: Hernando de Tapia. Dos décadas antes, este cacique había cooperado con Hernán Pérez de Bocanegra para llevar a su pueblo el cristianismo, bajo el sistema español. En la década de 1550 Hernando de Tapia seguía siendo jefe de los otomíes, aunque parece que la guerra había caído principalmente, bajo la responsabilidad de Nicolás de San Luis y de Valerio de la Cruz"....

Cuando nos adentramos a las fundaciones de las ciudades de los actuales estados de Querétaro y Guanajuato veremos que siempre aparecerán cualqueira de estos tres personajes, los caciques otomíes, de allí la importantísimo vínculo que llegó a ser entre ellos y la Corona, Hernán Pérez de Bocanegra... solo que, a la vez, él con su astucia, sabía muy bien cómo aprovechar su importancia, pues no solo intentó realizar el cobro del tributo de los indios, "sin perder tiempo comenzó un proceso de adquisiciones aunado a trabajo de Relaciones Públicas en la ciudad de México, cerca de sucesivos virreyes que lo convirtieron el el virtual iniciador de los latifundios en México, erigiéndose él y sus descendientes en los más importantes magnates de la primera frontera..." (2) esto de la primera frontera va muy relacionado a lo estudiado por Powell en la Guerra Chichimeca, pues hay que entender que antes el hablar de Tierra Adentro provocaba temor entre todos los españoles, pues bien sabían que era esa la zona de los aguerridos chichimecas, los que se enfrentaron con crudeza a los españoles, haciéndoles ver su suerte, cosa que no sucedió en los años anteriores de la conquista. Por primera frontera debemos entender las incursiones que, con los aliados otomíes se fueron haciendo un poco más allá de la provincia de Xilotepec.

Los comentarios que recavamos en la lectura de las monografías de los Apaseos sobre Pérez de Bocanegra no son del todo buenas, pues nos muestran claramente como fue que poco a poco, gozando del apoyo primero del virrey Antonio de Mendoza, luego de su sucesor, Luis de Velasco, se fue haciendo de los territorios que conforman el oriente del actual estado de Guanajuato, con el detalle que él y varios de su sucesores ocuparon la alcaldía en la ciudad de México. Así encontramos a su primogénito BErnardino Pacheco Bocanegra, como Alcalde Ordinario de la ciudad de México en 1560, a su segundo hijo, Nuño Chávez Pacheco, como Alcalde Ordinario de México y Alcalde Mayor de Texcoco en 1587, el tercero de sus hijos, Fernando de Córdoba y Bocanegra no llega a la alcaldía pues decide irse a residir a España, el cuarto de sus hijos, al que decidió ponerle el nombre de su tío, el envenenado, Luis Ponce de León, llegó también a ser Alcalde, esto en 1579...

Tráfico, tráfico, relaciones, seguramente comidas y tertulias, todo esto daba por resultado más y más propiedades, el poder del dinero a través del poder de la sonrisa, la palabra y el convencimiento, es decir, el antecedente a lo que sería una terrible corrupción. Los matrimonios que sus hijos van haciendo son en base a la consolidación de sus fortunas pues tanto el primero como el segundo casan con las hijas del Capitán Vázquez de Coronado, el que fuera en pos de las míticas Cíbola y Quivira y que llegara hasta lo que luego se nombró como Nuevo México. Estos títulos y consecuentes beneficios económicos sería reclamados en una tercera generación cuando se reclama el Adelantado de la Nueva Galicia... esto aunado a que Carlos Colón de Córdoba y Bocanegra Chávez y de la Cueva ,(ojo, es un solo nombre), marqués de Villamayor, Señor de los Apaseos y del Mayorazgo, (el nombre sigue), Encomendero de Acámbaro logró añadirse el de Adelantado de la Nueva Galicia.... y sí, en efecto, el que se llamara Colón por primer apellido es debido a la línea que encontró con su madre, Juana Colón de la Cueva y Toledo, y el Almirante don Cristóbal Colón.

Pero la descendencia no termina allí.... Hernán Pérez de Bocanegra tuvo más hijos: el quinto de ellos, el cuál, según la tradición española debería ser ofrendado al ejército, recuerden aquello del quinto y lo que por quinto se entiende actualmente en México (solo que creo que la tradición del quinto se implementó años más tarde... sino que siglos...) bueno, pues el quinto fue el personaje con el cual comenzó toda esta hondura en la que estamos metidos si es que aun me sigues leyendo: Alonso Pérez de Bocanegra, pero de él no hay mayor información. Un sexto hijo fue Francisco Pacheco de Córdoba, el cual también se va a España. Sigue el Séptimo, Juan Pacheco, del cual tampoco hay información para terminar la dinastía con Leonor Cabrera.

Complicado, muy complicado, pero interesante, creo yo. Solo que hay un pequeño detalle, que éste Alonso Pérez de Bocanegra no se si sea el que aparece como encomendero aquí, en Salamanca, encomendero de un sitio que se llamó Estancia de Mancera... por lo cual presumo que hubo allí un trueque con uno de los Mancera, pero como esto ya está muy enredado mejor terminamos esta primera parte del tráfico de influencias, pues apareció por acá otro Alonso Pérez de Bocanegra, el cual, para sorpresa de muchos, también fue Alcalde Ordinario de la Ciudad de México pero no era el descendiente del Señor del los Apaseos....

Esto creo que, definitivamente, seguirá en en una segunda parte.... tus comentarios serán más que bienvendios.

Bibliografía:

Powell Philip W. La guerra chichimeca (1550-1600). FCE, Lecturas Méxicanas 52, México, 1977.

Rojas Garcidueñas, José. Salamanca, recuerdos de mi tierra guanajuatense. Editorial Porrúa. México, 1982.

Sousa Vargas Francisco. Apaseo el Alto, el municipio joven de Guanajuato. Monografías del Bicentenario. Guanajuato, 2009.

Buenrostro López, José G. Monografía de Apaseo el Grande. Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. 2000

Tema recurrente en El Bable con lo del tráfico de infulencias, puede ver aquí:

http://vamonosalbable.blogspot.com/2010/02/la-hacienda-de-la-labor-su-historia-nos.html

Más fotos de La Labor, entra aquí:

http://vamonosalbable.blogspot.com/2010/02/de-la-hacienda-de-la-labor-al-ejido-de.html

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