Don Juan de Villaseñor y Orozco, Encomendero de Huango

Luego de haber conocido la parroquia, el ojo de agua y la que fuera capilla, por orden de él mismo así anotado en su testamento, el de don Juan de Villaseñor y Orozco, el que fuera primer encomendero de Huango y por cuatro generaciones; dispongámonos a caminar por las calles de este pueblo que encierra en cada esquina, en cada puerta, en cada ventana, una parte de historia y, a propósito de historia, veamos algo de la vida del encomendero. Siempre guiados por las palabras del padre agustino Cirlio Álvarez Lira en su libro ya mencionado, recuerda que lo puedes adquirir en la parroquia de Villa Morelos, es decir, en la antigua Huango.

El Huango colonial del siglo XVI tuvo su principio el año de 1527 con la llegada de don Juan de Villaseñor y Orozco y sus soldados, pues don Hernán cortés, del cual era Capitán y Oficial muy particular, le ordenó que escogiera de los mejores soldados y se estableciera con ellos en Huango, que siendo por su topografía un verdadero puerto de asalto, debía siempre estar resguardado contra los asaltos chichimecas.

Don Juan de Villaseñor nació en Tarrubia de Vélez el año de 1500, fue hijo de don Diego de Burgos y de Doña Giomar de Orozco; vino a la Nueva España en 1525, estuvo como capitán del ejército español después de barrer las ruinas de la Gran Tenochtitlán. Que se halló en el Peñol de Coatlán con sus armas y tres caballos y un hermano suyo que se decía Francisco de Orozco; que conquistó toda la Mixteca, que tuvo repartición de indios que tiene en Michoacán…

En 1529 quiso ir con Nuño de Guzmán a la conquista de la Nueva Galicia, pero éste le ordenó quedarse guarnecido el paso; y en Puruándiro, pueblo de su encomienda, Nuño pregonó que tomaba posesión de la tierra como presidente y gobernador; y siquiendo después por Pénjamo, los Ayos y Guáscato declaró todo conquista suya, lo que Villaseñor contradijo afirmando que la región era de sus encomiendas…

Don Juan de Villaseñor y doña Catalina de Cervantes a lo que se cree se casaron el año de 1536, pues sus hijos mayores les nacieron, D. Juan en 1537, D. Francisco en 1538, los dos en el pueblo de Huango, D- Lucas y D. Diego nacieron en la ciudad de México, D. Lucas y D. Diego se bautizaron en el Sagrario Metropolitano, el primero el 26 de octubre de 1541 t el segundo el 13 de abril de 1543. Doña Guimomar nació en el pueblo de Huango a fines de 1544 o principios de 1545, doña María nació en México el año de 1546, y don Gabriel que ya fue hijo de doña Isabel de Mérida nació a la que se cree en León, y se ignora si tuvo sucesión.

Aquí hacemos un alto en la parte histórica para comentarte sobre lo que estás viendo, la intención de esta fotografía no es la basura, pues ese día era uno de cuando pasa el camión a recogerla, lo interesante aquí es ver que a un lado de la banqueta corre una especie de acueducto con agua que mana del ojo de agua y, como te darás cuenta, era tal la cantidad que en esta esquina y lo había ya reventado. Ahora sí, sigamos con la historia:

Estos fueron los seis hijos del encomendero de Huango que dieron origen a los linajes más notables de la Provincia de Michoacán y por lo que se le aplicaron a don Juan los epítetos del Abraham americano y del Patriarca del Nuevo Mundo.

Fue, don Juan de Villaseñor y Orozco, el fundador del Huango colonial, de Puruándiro, de Pénjamo y de San Francisco Anguamacutiro en 1527, y el de Valladolid, hoy Morelia, en 1541.

Don Juan de Villaseñor y sus soldados dieron origen en esas tierras al mestizaje y promovieron la civilización y cultura en todos los órdenes: religioso, moral y social, así como el fomento de la agricultura, ganadería, industria y comercio; por eso durante la encomienda que se concedió a los Villaseñor por cuatro vidas se le llamó “La Corte Chica” y, por eso dice el padre fray Matías de Escobar: “Como era Corte era casi inmensa la gente que en su cabecera y visitas había”. Pues había blancos, indios, negros, mestizos y mulatos y todos se veían como hermanos…

Como nos podremos dar cuenta en Huango y, específicamente, en la vida de Villaseñor Orozco hay material para perdernos por varios días… al leer su testamento nos damos cuenta, especialmente, de su religiosidad y de su imposición, seguramente era de los hombres que al decir algo, no había otra alternativa más que hacerlo. Y el testamento dice, en apenas de dos párrafos:

“Primeramente mando mi anima a Dios que por su infinita bondad, haga misericordia de ella.

Item, mando que mi cuero sea enterrado en mi Pueblo de Guango, en la parte y lugar donde doña Isabel de Mérida, mi legítima muger y Francisco de Orozco Tovar mi hijo, quisieren y señalaren.

Mando ansi mesmo que digan una misa cantada a mi entierro con su vigilia, y su novenario, y después de hecho, otros dos novenarios, y más mando que se digan cinco trentenarios de misas, en el mismo pueblo de Guango…”

Ahora nos detenemos en esta foto para que, por si no lo sabes, sepas que en esta parte de Michoacán, cuando ves una bandera roja, es porque allí existe una carnicería. Esta práctica la he visto en Tarimoro, Guanajuato, único lugar fuera de lo que es Michoacán… creo que es una asociación de ideas con lo rojo de la sangre y la carne fresca, pero no lo sé a ciencia cierta. ¿Algún michoacano que nos aclare la duda por ahí?

Bueno, con este post saludo y agradezco a un descendiente remoto, bastante remoto de don Juan de Villaseñor quien amablemente colaboró para poderme internar en esta parte de Michoacán y compartir con todos ustedes estas bellezas que nuestro México encierra.