miércoles, 27 de octubre de 2010

La Santa Inquisición o el temor a morir atormentado


Hace un siglo se decía que la letra con sangre entra, refiriéndose a los castigos que los estudiantes recibían si no aprendían y luego recitaban toda esa retahila de lo que el sistema educativo de la época marcaba, pero hace más de 400 años las cosas eran aun más fuertes, pues fue cuando llegó a México la Inquisisición. Casualidad de las casualidades, vamos a pensarlo así, fue precisamente un día 2 de noviembre de 1571 cuando se instaló ese que dijeron ser "santo" tribunal, lugar a donde llegaron cientos de personas a recibir castigos por herejía basicamente, pero también por hechicería, brujería, idolatría y varias cosas más. Lamentablemente no castigaban por corrupción, de lo contrario nos hubiéramos liberado de ese flagelo nacional, es más, en buena medida la Santa Inquisisción fue la fértil tierra en donde la semilla de la corrupción fructificó.

"En el año de 1571 llegó a México el Doctor don Pedro Moya de Contreras, nombrado inquisidor mayor de la Nueva España y comisionado para establecer en ella el Santo Tribunal de la Fe, conforme a las constituciones vigentes y a las expresas instrucciones que recibido había del rey Felipe II, del inquisidor general de España, el cardenal don Diego Espinosa, y de los licenciados Soto Salazar, Ovando y Vega de Fonseca, que formaban el Consejo de la Inquisición ".

De la Inquisisción mucho se ha fantaseado, mucho se ha exagerado y mucho se ha difundido como un espectaculo de terror, eso lo vemos en la exposición que lleva varios años recorriendo la República exhibiendo los instrumentos de tortura, solo que no sirve de mucho, pues la tortura la seguimos teniendo por todos lados, peor aun, ahora no es solo física, sino también mental. Así pues, asociando las festividades que están por comenzar, la de Muertos, veamos esta que fue no la antesala del terror, sino la sala del terror, propiamente, la cual con solemnidad se instaló un día de Muertos, precisamente hace 439 años. Se dice que los pregoneros fueron a siete plazas de la ciudad de México a leer en voz alta, como las costumbres de la época lo marcaban, lo que a continuación leeremos, y que fue tal impacto, que muchas personas, con tambores y flautas se incorporaron a los pregoneros para irele dando más solemnidad al pregón:

"Sepan todos los vecinos y moradores desta ciudad de México y sus comarcas como el señor Doctor Moya de Contreras, Inquisidor Apostólico de todos los reynos de la Nueva España, manda que todos, y cualesquier persona, assi hombres como mujeres de cualquier calidad, y condición que sean de doce años arriba vayan el domingo primero que viene, que se contarán cuatro de este prsente mes de noviembre, a la Iglesia mayor desta ciudad a oír Misa, Sermón y Juramento de la fe que en ella se ha de hacer y publicar, so pena de excomunión mayor. Mándase pregonar publicamente para que venga a noticia de todos."

Los tormentos eran varios, unos más usados que otros, el del Potro era, quizá el más usado, pero había más y cada uno de ellos contaba con el debido instructivo "para causar más dolor" anotaban desde España para que fueran propiamente aplicados los tormentos..."Algunas veces se suspendía el tormento porque el reo comenzaba a hacer confesiones y revelaciones; pero otras, bien porque la víctima nada tuviera que decir o porque dado de gran entereza podía soportar el martirio, después del potro se pasaba al tormento de agua, que consistía en tener al acusado en el mismo potro y por medio de una toca hacerle tomar a cada admonición una cantidad de agua; pero la toca estaba colocada de manera que una punta de lienzo entraba dentro de la boca hasta la garganta, produciendo al reo ansias y dolores insoportables, entonces se decía que había vencido el tormento y se le daba por compurgado si la sospecha era leve".

Los instrumentos de la tortura eran diferentes en cada Inquisición [recordemos que, además de en España, las hubo en La Nueva España, el virreinato del Perú y demás posesiones hispanas de Ultramar], así como el modo de aplicar el tormento; por eso las descripciones de ellos que hasta hoy se han hecho pueden tener mucha parte de fantásticas.

"El Señor Don Isidoro de San Vicente en carta de 2 de este nos refiere de V.A. la forma de dar los tormentos de garrucha, y silla, y nos manda avisemos a V.A. del modo de dar la buelta de la trampa y trampaso que hoy se practica porque quiere V.A. reconocer su vigor, quedamos advertidos de dichos tormentos si bien a muchos años que aquellos ni los de Brasero, Plancha de Metal caliente, toca con siete cuartillos de Agua, ladrillo, de piñonsillo, Escarabajo, tablillas, Sueño, y otros no se practican; el de silla por no ser considerableni haberse tenido por la calidad de tormento, y los demas por muy rigurosos y riesgo cierto, que hay en la garrucha, de quedar descoiuntado el que le pasa: en cuyo lugar a mas de treinta años, que esta inquisisicón la justicia Real, Alcaldes del Crimen y otros tribunales, segun la relación que tenemos, practican el de cordeles y Garrotes que tienen tres especies de buelta de trampa mancuerna y teniendo al reo en el potro cuio modo y partes donde se da procuraremos da a entender para cumplir con lo que V.A. se sirva mandarnos..."

Así es como nos vamos enterando, paso por paso, cual era el punto a seguir, siempre en crescendo, para que el dolor fuera más fuerte. Idudablemente que los inquisidores llevaban el sadismo al extremo. En el documento se va diciendo cuantas vueltas se darán antes de reventar venas, ojos, en fin... un manual del terror es poco, quizá algo equiparable a Auchwitz. "Todo lo dicho es poner en forma al reo para comenzar la ejecución del tormento, porque el que hasta aquí ha tenido con la sincha ligaduras y teanazas de macuerna y trampaso aunque es a alguno y a algunso se hace mui sencible, no es de mucho dolor, si bien las ligaduras de los brazos les suelen causar y dar mucha congoja y la sincha por el peso del cuerpo, especialmente, si se pone bien baja en la misma cintura, por que si se sube a los pechos ai gran diferencia, en la primera forma es de mas dolor que la segunda.

Guarde Dios A V.A., en Cordova 11 de octubre de 1646.- Carta de la Inquisición de Cordova al Consejo sobre los tormentos.


Bien me puedo imaginar todas las ideas que estan dándote vueltas en este momento en la cabeza. Para terminar te comento dos cosas, que ese montón de faltas de ortografía que ves no son casuales, así se escribió en ese tiempo la carta, la otra; que esto lo extraje del tomo III del libro México a través de los siglos.

Enlaces:

Increible, pero cierto, estamos en México y cuando era un Auto de Fe la ciudad, simplemente se engalanaba:

http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/04/el-santo-oficio.html

Para ver como incluyó la Santa Inquisición en el modo de transmitir la información:

http://vamonosalbable.blogspot.com/2010/07/del-bajio-sus-gentes-sus-costumbres-y.html

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