Hace no mucho te contaba en uno de los artículos del tema que más nos gusta, el de las haciendas, sobre una que, como casi todas las que encontramos en el Bajío, tuvieron años de esplendor y abundancia. Era la Hacienda de Tupátaro, la que se encuentra muy próxima a la sierra de Pénjamo, lugar en donde se ubicó el fuerte de los Remedios, donde Francisco Javier Mina se atrincheró durante su campaña insurgente en 1816-17, esos cerros los verás en el fondo de una de las fotografías en donde aparece el espléndido campo guanajuatense en esta época otoñal en donde se engalana en tonos ocres, color que domina debido a la abundancia de sorgo.
Cuando sales de Irapuato en dirección a La Piedad, a unos 12 o 15 kilómetros verás el entronque de la carretera que va a Cuerámaro, otros doce kilómetros, más o menos y aparecerá del lado izquierdo la enorme, en verada, enorme troje de la ex hacienda de Tupátaro. La troje en este caso está distante una legua, más o menos del que fuera el casco de la hacienda, y esto es debido a que las descomunales dimensiones de la hacienda obligaron a construirlo en mitad de las mismas, para que fuera más fácil el almacenamiento de granos.
No mucha gente del estado de Guanajuato, por no decir que de otros rumbos, saben de la existencia de todos los pueblos de la región occidental del estado, la cual es rica en historia, pues encontramos dos grandes vestigios prehispánicos, Peralta y Plazuelas. Haciendas son muchas las que se pueden ver por esos rumbos, además de la de Tupátaro, está la de San Gregorio, Corralejo, las tres las puedes visitar el mismo día si comienzas temprano. Un poco más al sur está la de Santa Ana Pacueco.
Bien puedes hacer una escala en la Estación Corralejo, lugar donde se ubica la tequilera que lleva ese nombre. Ahora bien, lugares para comer no los hay, parece ser que en la Hacienda de San Gregorio recientemente la habilitaron como hotel, quizá tengan restorán, eso lo desconozco, de lo contrario tus opciones sería en Cuerámaro o en Pénjamo, según organices tu itinerario.
Ahora bien, si decides irte más al occidente y no al sur, que es donde se ubica Pénjamo, entonces pasarás por Cuerámaro (hay un restorán muy bueno frente al Jardín Principal, a un lado de la Presidencia), sinceramente el pueblo no ofrece mucho, como quiera, si andas por el rumbo, pues conócelo y continúa por la carretera que va a Arandas, Jalisco. Llegarás a un entronque, a la izquierda sigues a Arandas, si vas de frente llegarás a ciudad Manuel Doblado. Toma para Arandas.
Unos cinco ó seis kilómetros más adelante estarás frente a la hacienda de Atotonilquillo, lugar donde laboró José Antonio Torres, de allí su mote de El Amo Torres, pues, así como hubo una vez un Amo en El Bable, también, años antes los hubo en Atotonilquillo y fue precisamente uno de los héroes de la Independencia, de esos que están casi en el olvido y que es justo que le demos el reconocimiento adecuado.
Luego de que conozcas Atotonilquillo, enfila rumbo a Manuel Doblado, y a dos kilómetros verás un entronque más, al lado derecho, ese es un rancho llamado Torrecillas, está pavimentado, entra por allí y unos dos kilómetros comenzarás a ver un auténtico paraíso. Procura ir entre semana para evitar las visitas dominicales familiares con gritos y niños corriendo, yo fui en viernes y fue todo el lugar para mi solo, se que de allí no te querrás mover, se llama “Las Encantadas”, luego te pongo las fotos y te cuento la razón de ese nombre.
Si llegas a comer a Manuel Doblado, verás un restorán, en el portal, es fácil dar con el pues es un solo portal largo frente al Jardín y es el único restorán que hay en esa zona, no te olvides de visitar la Parroquia de San Pedro y recuerda que aquí fue que nació el Amo Torres, no hay monumento que lo recuerde, en cambio verás un busto y una estatua de Manuel Doblado, el que fuer gobernador de Guanajuato y que también nació allí.
Hay más, muchas haciendas por esa zona, solo que creo que con estos datos será, por ahora, suficiente para que te organices una salida a esta parte del estado de Guanajuato, tenemos un puente próximo, el de muertos, así que bien puedes aprovecharlo para “tirarte a perder” por el impactante paisaje otoñal que ahora inunda al Bajío.
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