domingo, 24 de octubre de 2010

Las Musas, el encanto cercano a la Hacienda de Atotonilquillo

Cuando nos dedicamos a explorar a conciencia los campos del Bajío, los cuales, en los últimos artículos te los he puesto tal cual se ven en esta temporada de otoño… con sus particulares tonalidades que van del café al naranja, pasando por el amarillo, pues paseando bajo estos coloridos campos, llegamos a un punto donde la paz, tranquilidad y relajación que el sonido del viento y del agua tienen la cualidad de transmitirnos y llegamos, claro está, a las Musas, distante un par de kilómetros de la Hacienda de Atotonilquillo.


Tomando la carretera que va a Arandas en el estado de Jalisco, luego de pasar por Cuerámaro llegaremos a la desviación; si tomas rumbo norte llegarás a Ciudad Manuel Doblado, si giras hacia el occidente, es decir, rumbo a Arandas, a escasos kilómetros, dos antes de Atotonilquillo, verás a tu izquierda la entrada al rancho Torrecillas, sigue hasta topar con pared y estarás en un auténtico paraíso, le dicen El Salón de las Musas, cuando oyes el nombre te imaginas que será un local cerrado en donde se organizan bailes, pero la realidad es diametralmente opuesta, es un lugar por donde baja un pequeño río, creo le dicen “Colorado”, que viene de las lomas que forman el punto de confluencia entre el Bajío guanajuatense y los Altos de Jalisco, ese río, arroyo, más bien, desembocará más adelante en el Turbio, que hará lo propio en el Lerma.


Lamentablemente casi todos los ríos del Bajío están contaminados y han perdido todo el atractivo que tuvieron hace cincuenta años, cuando dejaron de ser los paseos dominicales. Por fortuna este río Colorado y, especialmente la zona de Las Musas son una auténtica joya que debemos cuidar. La cantidad de ahuehuetes, o sabinos, que crecen a lo largo del río forman un lugar de singular belleza.


Sobre su nombre corren dos versiones, una que el Virrey (perdón, ¿cuál Virrey?) traía a sus hijas a pasear a este lugar… leyenda difícil de entender, pensando en el centenar de leguas que en diligencia se tendrían que venir desde la capital de la Nueva España. En cambio, la otra, más creíble, es que el dueño de la hacienda de Atotonilquillo, sabedor de la belleza de la zona, era el lugar a donde dejaba que sus hijas pasearan y, seguramente, tomaran un baño en las cristalinas aguas.


Así pues, cuando organices tu exploración de haciendas de la parte occidente del estado de Guanajuato, contempla en tu itinerario parar en este lugar, procura hacerlo entre semana, ya que sábados y, especialmente los domingos es muy concurrido. Olvídate de parar aquí en Semana Santa. Servicios no hay, solamente están mesas y bancas para que, si trajiste tu comida, la puedas disfrutar entre el verdor que Las Musas ofrece.








Enlaces:

Para ver más sobre la hacienda de Atotonilquillo, entra aquí:

http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/12/la-hacienda-de-atotonilquillo.html

Para ver el Paseo de los Sabinos en Jerécuaro, Guanajuato, entra aquí:

http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/05/jerecuaro.html

2 comentarios:

  1. Hola, no conozco éste hermoso lugar, y sí quiero visitarlo, pero para ir un día entre semana que tal está, la seguridad?

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