En los últimos diez años de mi vida he tenido la oportunidad de viajar por muchos lugares de la República, he trazado rutas de acuerdo al interés que voy encontrando en los pasajes distintos de la historia de México, así como de las manifestaciones artísticas que se dan, algo del arte que más me atrae no es el de estudio, caballete o cincel, sino el que tiene una duración muy corta y por eso se le define como arte efímero. Se hace con fuego con los "castillos" se hace con flores, semillas y serrín en las alfombras multicolores en días de fiesta. Se hace con todo tipo de elementos imaginables en los arcos. Si a todo ello le agregamos el entorno, la luz natural (en ocasiones la artificial) las escenas efímeras se van multiplicando más y más.
Y si hay algo que se repite una y otra vez, sea el mero día de la fiesta, que es el 12 de diciembre, que días antes o después, que meses antes o después, que festividades de esto o de aquello, la imagen siempre presente está en los casi dos millones de kilómetros cuadrados que mide México es, sin lugar a dudas, la de Guadalupe. En esta serie de fotografías que las he tomado en los estados de Guanajuato, Querétaro, Puebla, Quintana Roo, Veracruz, Tabasco, Yucatán, Jalisco y ciudad de México lo podemos comprobar. Acompaño con breves extractos del texto de la incomparable pluma de Jean Meyer.
"Han transcurrido 471 años (483 en este 2014) desde la fecha oficial de las apariciones y es un hecho que el icono de la Virgen de Guadalupe es uno de los símbolos de unión más fuertes del pueblo mexicano. Los investigadores de su historia no han sido pocos y tampoco se han puesto de acuerdo; además no han podido distanciarse sanamente de las luchas por el poder, primero en el seno de la Iglesia católica, desde el siglo XVI cuando los franciscanos se enfrentaron al arzobispo de México, hasta recientemente con motivo, primero, de la beatificación, segundo de la canonización de Juan Diego; luego en el siglo XIX a lo largo del conflicto entre la Iglesia y el Estado y otra vez en la primera mitad del siglo XX, cuando unos gobiernos revolucionarios pretendieron distinguir entre el respetable guadalupanismo popular y el despreciable catolicismo romano." (1)
Fuente:
1.- Meyer, Jean. la virgen de Guadalupe y la identidad nacional de México. Promoción Cultural Guadalupe. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México. 2003. p.33
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