Seguimos descubriendo (o redescubriendo) la zona rural de Salamanca y sus inmediaciones, esta vez enfilamos al sur por donde una vez fueran los indefinidos límites municipales con el Valle de Santiago, Irapuato y Pueblo Nuevo, esto quiere decir el sur poniente para ser más precisos y, andando por allí damos con una capilla de esas que por su sencillez impactan aun más.
Fue en 1888 que se comenzó a construir la hacienda del Sauz de Purísima... hay quien le dice La Purísima del Sauz, tres años luego, en 1891 la hacienda es terminada junto con su capilla, dedicada a la Purísima Concepción, lo más seguro es que se haya inaugurado el 8 de diciembre de ese año.
La obra es de puro ladrillo, sin repellar, luce magnífica y al entrar vemos que, esa sencillez exterior no es tal por dentro pues el altar tiene elementos neoclásicos y todo el conjunto nos invita a ver con calma, a oír los sonidos que la tranquilidad del campo produce y lograr un estado de paz que buena falta nos hace...
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