Estamos en el panteón municipal de Guanajuato, sitio más que conocido por sus Momias, pero el asunto de las momias no me atrae en lo mínimo, en cambio, lo del arte funerario me gusta sobremanera. Especialmente cuando estamos en lugares tan emblemáticos como lo es esta capital del estado del mismo nombre frente a uno de los que bien podemos catalogar como más interesantes y bellos ejemplos de lo que este específico arte se mantienen en pie: el monumento al general Manuel Doblado.
Por todas las ciudades del estado siempre veremos una calle Manuel Doblado... bueno, por casi todas, pues en Salamanca, hasta donde buenamente recuerdo no hay una que lo recuerde, sin embargo Doblado conocía muy bien esta población pues su hermana Antonia, casó con un salmantino, Manuel Domenzain, todos ellos, los Domenzain, asociados a la Hacienda de Santa Ana de Cruces, pero no nos desviemos del tema.
El tema es el arte funerario y el panteón de Guanajuato que, más allá de las momias, conserva estupendos ejemplos del mencionado arte que hay que ver con atención. Esta imagen es lo primero que aparece al entrar en el recinto. Habrá que recordar que Manuel Doblado apoyó el gobierno de Juárez y fue el encargado de aplicar en el estado las Leyes de Reforma.
"El general Doblado fue gobernador de Guanajuato y fue ministro de Relaciones Exteriores de 1861 a 1862 del gobierno de Benito Juárez. Durante su gestión entabló negociaciones con los diplomáticos ingleses para pactar la deuda del gobierno mexicano, trabajó en la elaboración del Tratado Corwin-Doblado cuyo objetivo era que los Estados Unidos pagarían a la nación europea la deuda mexicana aportando como garantía los bienes nacionalizados y minas del noroeste de la República mexicana, pero el tratado nunca se materializó y por consecuencia nunca entró en efecto. Lo que causó grandes perdidas y retraso en la economía, colindada con la deuda externa" (Wikipedia).
Esta tumba es a la vez un monumento de exquisita forma, propio de la época, un obelisco sin grandes decorados que lo hace esbelto y su sencillez impacta a la vista.
A pocos metros a la derecha se levanta otra tumba-monumento que se corona con el busto del coronel Cecilio F. Estrada, de él no tengo datos... me queda de tarea, pero su tumba es impresionante y sumamente bella.
Otra tumba-monumento es la del general Florencio Antillón, que fuera gobernador del estado de Guanajuato.
"Murió el 18 de febrero de 1903 a los 72 años en Celaya. El cadáver de Antillón fue solicitado por el gobernador Joaquín Obregón González para realizar en la capital, de donde era originario, suntuoso homenaje fúnebre y así despedirlo y ser enterrado. Los restos del general Florencio Antillón fueron sepultados a un lado de la tumba de Manuel Doblado, poco después le levantaron uno de los mejores mausoleos, elaborado de mármol de carrara. La parte superior contiene el busto del general - con una altura de la base al busto por cerca de 4 metros" (Wikipedia).
Un obelisco más hay en este panteón, se trata de los llamados "mártires mineros" que fueron asesinados por enarbolar la lucha sindical el 22 de abril de 1937.
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