Extraordinaria escalera en el Ex convento de San Nicolás Tolentino de Actopan, Hidalgo

Seguimos en el Ex convento de San Nicolás Tolentino localizo en Actopan, Hidalgo. Fue fundado el 8 de julio de 1546 por los frailes Agustinos, lo cual lo coloca entre los más antiguos de México. Ayer te comentaba de la cantidad de detalles que encierra esta extraordinaria obra arquitectónica. Te decía que es mejor ver la parte y no el todo, pues bien, recorriendo el edificio encontramos, como era costumbre, un claustro, lugar donde habitaban los frailes, habitualmente era la planta baja utilizada para servicios generales de sus moradores y en la parte alta se ubicaban las celdas, es decir, las habitaciones, creo que en términos arquitectónicos se le denomina, la “zona íntima”. Vemos que se siguen manteniendo esas líneas geométricas, fuertes, marcadas en toda la arquería, en las bóvedas con nervaduras y llegamos a la escalera que conduce a la planta alta para quedarnos impactados por lo que allí encontramos, un trabajo de pintura excepcional, algo común en la época: eran trabajos en blanco y negro, decorados que repetían una y otra vez los símbolos de la orden religiosa allí albergada, pero aquí, en Actopan, encontramos una gran cantidad de personajes retratados, fuera de San Nicolás de Tolentino y Santa Mónica, madre de San Agustín, el resto son un poco desconocidos: Pablo de Roma, Egidio Romano; Guillermo, duque de Aquitania; Buenaventura Cardenal, Ocobe Ubertino, Bartolomé de Urbino, etc., Es necesario observar con atención la profusa cantidad de ornamentos que aparecen en este cubo de la escalera que mide 6x6, sin lugar a dudas, todas estas decoraciones, además de engalanar los muros, ayudaban a los frailes a llegar a ciertos estados de éxtasis producto de la meditación y la admiración a detalle de todo lo que allí se relata. Los pequeños detalles en color no se si fueron agregados después, cuando los trabajos de remodelación.

Isit Sunt Viri Scti Quo se Legit dns in Charitate non Ficta or Doctrina Fulgit Ecclesia ut Sol et Luna. “Estos son los santos varones que el Señor eligió para sí por su caridad no fingida o porque su doctrina resplandeció en la Iglesia como el sol y la luna”.