Esta imagen que estamos viendo, la cual, por cierto, la tomé del blog Elitista Paganos, sitio que habla sobre la cultura Celta asentada en el norte de España. La tomé porque es la que más me ayuda a mostrar gráficamente una idea sobre la que vengo trabajando desde hace un par de años y que es una interpretación que hago del Calendario con el único fin de entenderlo y de volver a comprobar que el sincretismo que se dio en México a la llegada de los españoles no fue cosa nueva, ya que ellos traían sincretismos con diferentes culturas, como la árabe, la romana y la celta, como ahora lo estamos viendo.
En esta Rueda del Tiempo vemos claramente lo que es el calendario de festividades Celtas, las cuales se marcan justo al centro de cada estación, si vemos arriba a la derecha, ubicaremos el Ostara en el 21 de marzo, es decir, el inicio de la Primavera; sigue arriba a la izquierda el Yule en el 23 de diciembre, inicio del Invierno. Abajo a la izquierda está el Mabon, marcando el 21 de septiembre, inicio del Verano. El giro termina abajo a la derecha el 23 de junio con el Lilha, inicio del Verano. Vemos que al centro aparecen seis diferentes árboles que como meses, por así decirlo, ocupan en Invierno y la Primavera; en cambio el espacio que ocupa el verano y el otorño están representados por plantas y frutas; todo esto es debido a que la idea Celta de divinidades son las que moran en los bosques. Lo que me parece interesantísimo es ver lo que está marcado en mitad de cada estación. Fechas precisas marcadas dentro de la tradición del calendario gregoriano que en la actualidad usamos y que si lo comparamos con el calendario litúrgico de la Iglesia Católica, encontraremos una serie no de coincidencias, sino de sincretismos que se dieron hace mucho y que por tradición y por imposición fueron establecidos en México, anulando con ello lo que el calendario que acá existía o, en el mejor de los casos, adecuándolo haciendo con ello un sincretismo de lo ya de por sí sincretizado. Me explico:
Las festividades Celtas eran (lo siguen siendo) cuatro. Todas marcadas el día 1 del mes correspondiente. En el Calendario Romano el día 1 se llamaba Calendas (de allí se deriva el nombre de Calendario). Tenemos así que el 1 de Febrero es Imbolc, una fiesta de luz que marcaba la proximidad de la Primavera, en realidad es el punto medio de todo el Invierno. Esta festividad, cuando fue revestida o adoptada o transformada por el Catolicismo se tomó la idea de la luz, de la vela, de la purificación a través del fuego y dio por resultado la Candelaria que celebramos cada 2 de febrero. La imagen la tomé del sito www.archaetypes.deviantart.com
Sigue luego la festividad en mitad de la Primavera, marcada para el 1 de mayo de nuestro calendario y llamada Beltane, se le considera como el triunfo de la Primavera. Los campos están floridos y las siembras dentro de poco darán sus primeros frutos. Si analizamos muy bien y sin fanatismo alguno esta idea entenderemos claramente por que cuando la festividad de la mitad de la Primavera fue cristianizada se interpretó como la Exaltación de la Santa Cruz. De este tema había publicado ya un artículo que puedes leer aquí: http://vamonosalbable.blogspot.mx/2012/05/en-el-dia-de-la-santa-cruz-recordemos.html
Al ver esta imagen, que tomé del blog Elitista Paganos y que es un diseño de Daniel S, vemos como las ideas comienzan a embonar una en la otra. Lugnassad es la tercera celebración del año y corresponde, de acuerdo al Calendario Celta, al 1 de agosto; es el comienzo de la época de la cosecha, la maduración de los frutos... y si trasladamos la idea de maduración (con el debido respeto) al calendario Católico encontramos que no el 1, sino el 6 de agosto, como hoy, es el día de la Transfiguración del Señor. Y es el seis porque, de acuerdo a Mateo 17.1, dice que "luego de seis días". Y, metiéndonos en números, vemos aquí la constante del 3: 3 son los evangelistas que hablan de esta manifestación conocida como la Transfiguración; Mateo, Marcos y Lucas. Tres son los profetas: Jesús, Moisés y Elías. Tres fueron los mortales testigos de la Transfiguración, los tres fueron Apoóstoles: Pedro, Santiago y Juan. Tres son los montes asociados a ellos: Calvario, Sinaí y Carmelo y la Transfiguración sucedió, precisamente, en un monte, el Tabor que es el que vemos en la siguiente fotografía.
Continuando con el Calendario Celta, llegamos a la mitad del otoño, celebración que tiene como fecha el 1 de noviembre y se le conoce como Samhain, marcando con ella la mitad del otoño y el final de las cosechas, vendrá luego el perido de oscuridad hasta la celebración del Sol Invicto, equinoccio de Invierno o Navidad, como prefieras llamarlo. El Samahain fue interpretado en el calendario litúrgico católico como el día de Todos los Santos.
Es así como, haciendo una comparación muy respetuosa, entre lo que marca y celebra la tradición Celta (conocida en España como Celbérica) y la Católica concluimos que la base está en los movimientos del sol y de la luna, aunado con lo que la tierra pide y da: pide agua, hay siemba y da frutos. Pero las cosas no terminan allí...
Vemos ahora la primera lámina del Códice Fejervary-Mayer en donde se representan los cuatro rumbos del mundo. En buena medida los podemos interpretar también como las cuatro estaciones, esto forma una cruz; en cada ángulo hay una unión que remata con un águila. Podrían ser éstos puntos interpretados como las fechas centrales de cada estación y, será casualidad o precisión, no lo sé; pero eso que vimos que los Celtas llaman Luganasad y que celebran el 1 de agosto, en el Calendario Azteca corresponde exactamente al inicio del mes Xocotlhuetzin solo que, para ellos, ese mes era el dedicado a recordar a los muertos, celebración que, luego de la evangelización fue trasladada, como bien sabemos al 2 de noviembre, dentro del mes Panquetzalli. Y mejor concluimos ahora aquí, de lo contrario podríamos seguir hilando una idea con la otra y solo diré que eso de la globalización (de las ideas) es tan antigua, como antigua es la civilización.
Será bueno no olvidar que hoy la Iglesia Católica celebra la Transfiguración del Señor, celebración que desde hace tiempo dejó de ser de las más importantes para convertirse en un día regular. Recuerdo que cuando fui al Monasterio Ortodoxo de San Antonio el Grande, en Jilotepec, en una de las magníficas pinturas murales aparecía la escena de la Transfiguración, la cual es de las 12 básicas del rito Ortodoxo.
Para ver el artículo sobre el Monasterio de San Antonio el Grande, entra aquí:
http://vamonosalbable.blogspot.mx/2010/12/el-monasterio-de-san-antonio-el-grande.html
Para leer más sobre la celebración de Lugnasad, entra aquí:
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