Era el año de 1944, la época de esplendor en México debido a la riqueza (acaparada) que había en el país ya que toda la producción de alimentos y servicios fue abundante y redituable, Estados Unidos se limitaba a producir artificios para la guerra y México fue, en buena medida, su granero; por lo tanto los agricultores tuvieron una magnífica temporada, era la época de oro de la cinematografía mexicana, era el época en que los artistas venidos de Europa huyendo de la guerra se encontraban en México produciendo el arte nuevo, Alice Rahon, Remedios Varo y Leonora Carrington, solo por mencionar algunos. Edward James viene a México a visitar a su amiga, la pintora surrealista inglesa Leonora Carrington con quien mantenía abundante correspondencia, ella llevaba ya dos años de vivir en México.
Esa liga que Edward James mantenía con sus amigos a través de la correspondencia le hacía visitar continuamente las oficinas postales del lugar donde se encontrara, así fue que estando en Cuernavaca conoce a Plutarco Gastelum, sonorense que en busca de trabajo emigró hacia el centro de México, ubicándose como empleado postal precisamente en esa ciudad. Ese primer encuentro debió haber sido significativo, James había notado la calidez y cordialidad que los mexicanos tenemos hacia los extranjeros y el surrealismo vivo que existe en cada esquina combinación perfecta que le invitó a conocer más de nuestro país.
Una anécdota curiosa es aquella que, estando James en la oficina postal le pregunta alguna información a Plutarco de algunas comunidades cercanas, él le dice en donde puede tomar el camión para conocerlas, en eso, James se mueve un poco señalándole el estupendo Packard que tenía estacionado frente a la oficina, vehículo de su propiedad. Gastelum se vuelve su guía en México y comienza la indagación de una especie muy particular de orquídea, misma que crece en abundancia en la región Huasteca de San Luis Potosí, en Xilita para ser exactos, les informaron y hacia allá se dirigieron. Era ya el año de 1945.
Si en la actualidad el transitar por la Sierra Madre Oriental es pesado, nos podremos imaginar lo que significaba este viaje en los cuarenta, toda una odisea, el auto se descompuso en las proximidades de Xilitla y no hubo otro remedio más que caminar para llegar al pueblo antes de que cayera la noche. La humedad característica de la selva provoca en ocasiones un frío intenso, del que cala en los huesos, y fue precisamente eso lo que pasó, las provisiones de James habían terminado, la ausencia de bancos en la zona le anulaban la posibilidad de una operación de emergencia. Siguieron caminando y el frío arreció, James con tal de mantener el calor del cuerpo se envuelve en papel higiénico y así como momia entra en el pequeño poblado causando el asombro de los que lo vieron pasar como un fantasma.
Pasaron la noche allí, al día siguiente caminando por la zona llegan al río que a pocos kilómetros del poblado corre, formando cascadas que al bajar crean piscinas naturales o pozas y es allí donde el encuentro de Edward James en su mundo de fantasía y surrealismo se da. Un enjambre, ¿se dirá así?, de mariposas amarillas sobrevuelan el río mientras él nadaba, los cientos y cientos de mariposas en nutrido grupo se aproximan oscureciendo casi la luz solar, James considera esto como una señal, decide entonces comprar la zona, 40 hectáreas de selva en donde levantará su refugio.
Edward James sigue con su afición hacia las artes, él mismo pinta y escribe pero, sobre todo, financia la producción de arte, siempre en la tendencia surrealista y gesta una idea que nombra El Jardín del Edén el cual inicia con la adecuación de las pozas, en su propiedad de Xilitla, volviéndolas tres extraordinarias piscinas en tres distintos niveles rodeadas de espesa vegetación selvática y la continua música del caer del agua. La idea es convertir la zona en un jardín de orquídeas, las mas raras, las más bellas, las más aromáticas, poco a poco la idea va cobrando forma, Plutarco Gastelum hace frente a la obra mientras que Edward James continua su vida de socialité y bon vivant pasando temporadas en casas que tenía esparcidas por distintas partes del mundo, manteniendo siempre contacto con los artistas de vanguardia.
El Jardín del Edén llega a tomar forma, las orquídeas crecen exuberantemente dadas las condiciones de humedad habituales en la Huasteca, James en un ir y venir constante y Plutarco siempre a la cabeza del proyecto hasta que un día del invierno de 1962 sucede lo que nunca sucede en el clima tropical, cae una helada que se convierte en nevada, cosa inusual en los trópicos pero, como capricho de la naturaleza sucedió, las consecuencias fueron dramáticas, todas las orquídeas murieron en tan solo dos días el espléndido Jardín del Edén perdió su magnificencia. Al enterarse James de lo sucedido, furioso reta a la naturaleza y dice que construirá algo que jamás temporal alguno destruirá y es allí que surge la idea de construir El Castillo.
Como verás esta historia es de lo más interesante, pensé que en dos partes te la podría contar, pero me doy cuenta que necesitamos de una sesión más para ver como culmina esto que parece un cuento pero que fue realidad en la Huasteca Potosina. Te dejo algunas imagenes más.
Estos son algunos extractos de un documental producido por la BBC respecto a Edward James y su Castillo, está en inglés:
http://www.youtube.com/watch?v=dnhtxvGmaI0&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=dnhtxvGmaI0&feature=related
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