Seguramente habrán varias personas que comparten comigo esa afición de visitar panteones, cementerios, camposantos, como gustes llamarles. Siempre habrá algo extraño, único, particular, bello o impresionante que encontrar en esos lugares que muchos creen son santos, pero que yo los considero lugares de reposo y de respeto. Es allí donde acaba la vida material, es por eso que están llenos de esa peculiar atmósfera. En algunas ciudades son visita obligada a los turistas. Buenos Aires, Moscú, París, por mencionar solo tres. En la Ciudad de México el de San Fernando es una verdadera joya y aquí en la parte sur de la península de Baja California encontramos un verdadero circuito que se puede realizar de panteón en panteón. San José del Cabo, Santiago, San Bartolo, San Antonio, El Triunfo y uno más, cuyo nombre lo desconozco pero que se localiza en el camino a Santa Rita son una muestra de arte funerario excepcional.
La zona minera de El Triunfo, enclavada en la Sierra de la Laguna, fue un lugar de enorme riqueza, llegó a ser la región más poblada de toda la península, las minas de oro produjeron en abundancia durante la segunda mitad del siglo XIX, en la actualidad son pueblos abandonados que están cobrando impulso, gracias a su singular belleza y tranquilidad, algunos visitantes, pocos en realidad, se han dado cuenta de lo mucho que hay que ver saliendo de San José del Cabo rumbo a La Paz.
En Santiago encontrarás alojamiento sencillo y donde comer. En San Bartolo no te pierdas un desayuno ranchero, con café de talega y burritos o empanadas. En San Antonio y El Triunfo encontrarás solo tienditas. Si no andas en auto, los autobuses Águila hacen el recorrido cada dos horas aproximadamente. No está de más aclarar que este mes de septiembre y octubre hemos tenido más lluvias de lo habitual, por lo tanto el verde es exuberante, en el verano verás todo seco.
La historia de las minas de Santa Ana y San Antonio en la zona del Triunfo la puedes conocer aquí:http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/01/el-triunfo-bcs.html
Benja,
ResponderEliminar¿No es la verdad que los camposantos con tumbas de concreto más o menos comenzaron en el siglo XIX y antes los difuntos fueron llevado al panteon con camita y fueron enterrado sin ataud con nada más de una sabana o un tapete?
Guadalajara tambien tiene lo suyo con el panteon de Belen, desde hace unos años ha cobrado auge para tomar fotos de boda.
ResponderEliminarbellisimo!
Si visitas el Panteon de Santa Catarina un pueblito que se encuentra en san jose del cabo baja california sur encontraras tambien tumbas de hace siglos.
ResponderEliminarEfectivamente, ese es un panteón extraordinario, ya lo tengo documentado, lo puedes ver aquí: http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/11/el-panteon-en-santa-catarina-baja.html
ResponderEliminarSaludos
Hacemos un club?
ResponderEliminarSaludos
Alejandro
Alejandro, me tengo visto una buena cantidad de panteones en México, dentro de poco publicaré un artículo sobre el panteón más triste que he visto en mi vida, es el de Cancún. Y, como las fotos las tengo en papel, dado que no llevaba cámara digital, una vez entré en el único panteón que me ha causado un sentimiento de temor intenso, el de Tijuana. Hay panteones azules, otros grises, unos muy coloridos, muchos son blancos. Un club de panteoneros urge definitivamente.
EliminarHola Benjamin, buenos días, me dirijo a Vd. en nombre de la Asociación Guadalcanal por su recuperación patrimonial (España) para solicitarle una información que no se si podrá atendernos.
ResponderEliminarEstamos haciendo un estudio sobres los guadalcanalenses que emigraron al nuevo mundo en el siglo XVI, nos consta que al menos uno de ellos se estableció en la zona de San Antonio de las Minas (Mexico).
¿Nos podría facilitar algún enlace o página web donde pudiesemos extraer información sobre la história de esa pobloción?
nuestro correo es: patrimonio.guadalcanal@gmail
Muy agradecido,
Rafael Spínola
Secretario de la Asociación
Rafael, esta mina de San Antonio no fue explotada hasta entrado el siglo XVIII, ya que en la región no hubo presencia europea hasta la llegada de los Jesuitas en 1697.
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