Este año estaremos ocupados, entre otras cosas, con lo del 2010, es decir, el Bicentenario, pero, dentro de poco toda la atención estará con el 2012. Ese es tema profundo, barril sin fondo casi. Este apunte lo hice al ver un documental interesantísimo en el canal Infinito, si es que no mal recuerdo, en donde sorprendentemente aparece el número cinco relacionándose con toda la idea que tanto me ha obsesionado por años.
Luego de poco más de un año de publicar en este espacio has ido conociendo mi forma de pensar, de interpretar las cosas y de transmitirlas, pero este, digámoslo así: ejercicio, comenzó hace más, mucho más tiempo, tanto, que la verdad no lo recuerdo. Tal vez fue cuando viví en
Y caminando no solo por Michoacán, sino por más lugares de México, no digo que del mundo, porque no viene en este momento al caso, encontramos que la gran mayoría de las flores se conforman de cinco pétalos, el cinco presente en el mundo vegetal también. La idea no era nueva para mi, la mantenía vigente de analizar más a profundidad, pero aun no encontraba todas las coincidencias necesarias para discernir al respecto.
Entre los antiguos mexicanos el cinco era un número muy importante, ya que representaba los cuatro rincones del mundo más el punto central, donde se unían en una interacción de lo terrenal con lo celestial, es decir, del hombre con los dioses. Al respecto hace varios meses recibí un comentario por demás interesante de un Anónimo, del cual dice así: “Los cuatro puntos cardinales y la dirección arriba-abajo, en el centro; es de esta dirección donde procede el águila que desciende y se para sobre el nopal. Es la dirección por donde se va a los trece cielos y nueve inframundos de la antigua cosmovisión azteca. Es la dirección por donde se establece contacto entre los terrenales hombres y los dioses del panteón prehispánico”.
Interesante en verdad, lástima que no dejó su nombre. Como quiera, nos menciona la dualidad con ese arriba-abajo, nos anota el cuatro, el nueve, el trece y nos hace una referencia que, a mi, en lo personal, me ha obsesionado desde que me dio por comer manzanas todos los días y ver que siempre aparecía un cinco al partirla, cuando se veía el centro y la disposición de las semillas. Esa obsesión la cargaba desde antes, cuando me adentré un poco a lo creado por Da Vinci y ver una y mil veces su Canon en donde aparece el cinco nuevamente y en el cuerpo humano. Por cierto, aquí no va ninguna foto en la que se recree el Canon, pues no hubo mortal que se dejara retratar desnudo y de espaldas, como era mi intención.
Si nos vamos a la interpretación que desde la óptica bíblica del número cinco se da, encontramos otro concepto también interesante: “El número 5 significa "algunos", "unos cuantos", una cantidad indefinida. Así, se dice que en la multiplicación de los panes Jesús tomó 5 panes (=algunos panes). Que en el mercado se venden 5 pajarillos por dos monedas (=algunos pajaritos)... 1 Cor 14,19.” Esto lo comenta Ariel Álvarez Valdez en su libro ¿Qué tanto sabemos de
Y me sucedió una vez, luego de vivir muchos años casi casi a la orilla del mar que en una apartadísima playa en Loreto, Baja California Sur, caminando por allí, llenándome de azules los ojos, vi un erizo más que pulido por el ir y venir de las olas, que no tenía una sola espina y lo raro era que aun conservaba esa parte central, que cuando estaba vivo fungía como boca. Normalmente cuando encontramos un erizo es solo el caparazón y no más. Pues bien, allí apareció el número cinco, con esto comprobaba aquella teoría (descubrí el hilo negro) de que lo que nos ata, el alma a la tierra, es decir, lo inmaterial con lo material, se representa con el número cinco.
Ahora que andaba por los Caminos de Michoacán encuentro en
Tata Vasco sale de su Hospital de Santa Fe, en las cercanías de
Aquí fue mi disertación del número cuatro:
http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/02/el-4-en-la-bandera-mexicana.html#comments
Y aquí sobre la dualidad y los colores:
http://cabezasdeaguila.blogspot.com/2010/04/mexico-la-tlapaleria-del-mundo.html
Terminamos este repaso del número cinco y su representatividad con la mano, la que tiene cinco dedos. ¿Y que sostiene esta mano? Pues un pedazo de una Cabeza de Águila, uno de los 260 monumentos que en 1960 se mandaron levantar a lo largo de
http://cabezasdeaguila.blogspot.com/
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