domingo, 15 de agosto de 2010

Y… ¿cómo es el recorrido para documentar las Cabezas de Águila?

Dentro de un mes todo será la mexicana alegría… si eres de mi generación y te acuerdas de la televisión en blanco y negro recordarás el mensaje intrínseco de la frase “la mexicana alegría” cuando la Carta Blanca se anunciaba en estos días y subliminalmente decía que si no andabas “alegre” no andarías celebrando tu mexicanidad…. Bueno sé que dentro de un mes habrá casi en todas las casas una cena mexicana pretendiendo con ello celebrar el Bicentenario. La mía, la que hago ahora en este mi año además del Bicentenario un sabático más que agrego a la (larga) cuenta decidí, como bien lo sabes, recorrer la Ruta de Hidalgo, hoy te muestro como ha sido este recorrido con sus penas, alegrías e incomodidades, esta vez, en lo que al transporte se refiere… ¿listo?.... en la foto vemos algo que ha sido lo más incómodo que me ha tocado, un camino vecinal en el Estado de México a las 7 de la mañana, ni sabía a donde iba y fue ligeramente pesado. Encontré la cabeza en San Juan Xalpa.


Ciudades, pueblos, haciendas, ranchos, muchos ranchos me ha tocado conocer desde que decidí ver con vista de ojos (como se decía en el siglo XVI) las 260 Cabezas de Águila, fueron cuatro meses de leer todo lo que puedas imaginar que me llevara a ubicar cada una de ellas, luego conseguir mapas detallados donde me dijera donde están esos sitios, luego… sencillo… llevarlo a cabo. En la foto vamos en un día lluvioso por Jalisco, en busca de la Cabeza de Águila de Ocotlán, solo que… ya no existe.


Dicen que este 2010 es un año atípico en cuanto a lluvias se refiere, y díganmelo a mí, que hace poco regresé de Michoacán, por los caminos más intrincados en busca de Cabezas de Águila… en esta foto, que si hubiera sido tomada cinco minutos más tarde, verías la imprudencia humana llevada al máximo, cuando un sujeto en una torca de las que transportan materiales para construcción se queda dormido e invade, en sentido contrario, el carril…. Te darás cuenta que iba en primera fila… por fortuna la habilidad del conductor (Flecha Amarilla) lo pudo esquivar, de lo contrario ya no tendías más Bable…


Otro día de lluvia, esta vez en Morelia, haciendo preguntas a diestra y siniestra tratando de encontrar un lugar donde una vez hubo una hacienda llamada Itzícuaro, el problema fue que no tenía idea de que había varios Itzícuaros y llegué al equivocado… y con lluvia…


Almas benévolas que me han visto “tirar el bofe” por los caminos se han detenido para darme un aventón, una vez fue en una apartada comunidad michoacana llamada “la alberca” y me dejaron justo en la Cabeza de Águila de San Pedro Puruátiro. La foto la tomé en otro aventón, cuando iba rumbo a la Hacienda de Corralero, ya en Guanajuato.


Si algo extraordinario hay en el Estado de México, eso es la facilidad de transporte que se da en los taxis colectivos que circulan de un pueblo a otro, solo que, en ocasiones como esta, si no se completa el pasaje mínimo, no sale, así que para llegar a Toto (así se llama) hubo la necesidad de una negociación y llegamos a Toto, para no encontrar ninguna Cabeza de Águila.


Si te enseñara los boletos que tengo hasta ahora, que llevo ya documentada la mitad de la Ruta de Hidalgo, no darías crédito… no quiero hacer cuentas, estoy rascando de las paredes, mis ingresos son nulos, mi año sabático que ya va en el tercero me ha agotado los recursos económicos… almas caritativas que creen y apoyan el proyecto me han ayudado y por eso he podido seguir en el camino, he tenido invitaciones de ayuntamientos y grupos interesados en el rescate histórico, pero, falta mucho… en la foto vamos de Atlacomulco a Ixtlahuaca, en el Estado de México.


El seguir la ruta me ha llevado a lugares tan extraordinarios como este que se llama Teremendo, no, no estoy escribiendo mal ni tu lees mal, así se llama, parece que dice tremendo pero no es así. Es una población que se encuentra al noroeste de Morelia… una belleza que dentro de poco incluirán en el catálogo de la Ruta de don Vasco y allí, allí encontramos una Cabeza de Águila y un sitio que se dice fue donde durmió don Miguel Hidalgo.


Este trayecto fue mortal, llovía, hacía frío, el camión iba abarrotado, era día de mercado, todos los pasajeros llevaban cajas al por mayor y así enfilamos a San Felipe del Progreso, para encontrar dos Cabezas, sí, dos cabezas más de la Ruta de Hidalgo.


No se si me creas que cuando tomé esta foto estaba llorando. No te miento (nunca lo he hecho hasta ahora) lloraba por un lado por el cansancio y la molestia del pie que tengo accidentado, por el otro, porque iba muy metido en “personaje” y en esa soledad iba pensando a profundidad lo que la gente sentía y pensaba hace doscientos años, cuando iban con una idea… aquí lo caminé desde mucho más allá de donde ves, hasta mucho más allá de donde te imaginas, fueron 25 kilómetros… pero localicé cuatro Cabezas de Águila…. Ah, olvidaba, este trayecto es por el rumbo de San Isidro en Huaniqueo, Michoacán.


¿Volando? Si, esta foto la tomé hace un año, cuando iba de vuelta a San José del Cabo a cumplir un contrato temporal, llevaba ya la idea en la cabeza, incuso iba pensando en como haría y todo lo que tendría que hacer para desarrollar el sitio de las Cabezas de Águila… Interjet, claro es, saliendo de Toluca, sobrevolando las 55 Cabezas que hay en el Estado de México.


Otro día de lluvia, aquí iba rumbo a Vista Hermosa, justo frente a un pueblo llamado La Sauceda donde está una Cabeza de Águila que por verdadero milagro ha podido sobrevivir a un sinnúmero de borrachazos pues está justo en el entronque de la entada al pueblo con la carretera.


Otra larga caminata, esta vez a lo largo de la carretera de Atlacomulco a San Juan del Río, en busca del Palo Bendito (no es albur), lo encontré, pero fue caminar, como no tienes idea…. Y claro que, muy cerca del Palo, está una Cabeza… (y no es albur).


Aquí lo medité durante media hora, me subo o no me subo, me subo o no me subo… 300 pesos en estos tiempos de hambre eran muchos, pero como llevaba tres patrocinadores, pues dije que sí y contraté este taxi por tres horas para llegar a la Cabeza de Águila que se encuentra en El Cuatro, un rancho donde hay una Cabeza y luego seguimos a Las Piedras, en donde, a pesar de estar incluida en el catálogo, no hay Cabeza alguna.


Cuando llegué a este lugar, no daba crédito de la belleza del mismo, es también en Michoacán, entre Zinapécuaro y Tepetongo, en la hacienda de Pateo.


Y pues aquí andamos y aquí seguimos… recorriendo los caminos de México en este Bicentenario, en busca de las Cabezas de Águila….


¿Algún patrocinador que me reciba para documentar Zacatecas, San Luis Potosí o Coahuila?


Y, aunque no se diga, debería haber una Cabeza de Águila en la ciudad de México, en Cuajimalpa, para ser más exactos, hasta allá llegué, vía urbano, metro y pesero y nada, no hay nada.


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