sábado, 13 de diciembre de 2014

Una razón del culto tan arraigado a Santiago Apóstol en México.

   Tanto andar por los caminos, tanto ver letreros que anuncian el nombre de una comunidad próxima a llegar que, pensé (creo lo escribí ya), que el nombre de Santiago es el que más profusamente tenemos en México, especialmente en la zona central del país y a ojo de buen cubero lo afirmé. Hace poco hice una rápida averiguación de cuáles fueron los nombres de santos más usados en la primera etapa del virreinato, en base a un registro del Arzobispado de México y, sí, efectivamente, el más usado es el de Santiago, seguido del de San Pedro. La escena que vemos la capté en Salamanca, cuando iba rumbo a Valle de Santiago en donde, de pronto, paró el autobús en una comunidad rural, la de Los Lobos y subió allí un "Santiaguito", iba rumbo a Valle, quizá a la Parroquia de Señor Santiago. Y, hace poco también, encontré en el México a través de los siglos, el texto que hoy comparto en el que Riva Palacio nos dice la razón por la cual se difundió tanto el culto a Señor Santiago. Me hizo pensar mucho la frase que dejo en negrillas y subrayada, creo que tú, que sigues El Bable, te detendrás a reflexionar en ella también:

   "Esos móviles de conversión produjeron un extravío en la manera de formarse la conciencia religiosa de aquellas razas, invirtiéndose el orden científico y el natural, que debía seguirse para levantar y cimentar el edificio del cristianismo; porque entre los indios se asentó primero el rito que el dogma; antes los actos exteriores que el sentimiento y la idea religiosa; precedió la oración al conocimiento de la divinidad, y se introdujo el culto antes que la fe. Huellas pueden encontrarse todavía de ese temor que obligaba a los vencidos a aceptar como buena la religión de los vencedores en las devociones de los santos, que forman hoy el rasgo principal del catolicismo de los indios. En su antigua religión, como en todos los politeísmos, el creyente tenía el enorme trabajo de buscar la protección cuando menos la benevolencia de cada uno de los dioses que gozaban una especie de poder soberano e independiente, capaz de producir la desgracia de una nación, de una familia o de un individuo, por el enojo de ese dios, cuyos caprichos le ponían muchas veces en choque con la voluntad de otros dioses igualmente poderosos.

   "De aquí los sacrificios propiciatorios tan diversos como era múltiple el número de las divinidades. Los indios que no comprendían en la religión de los cristianos el lugar que ocupaban los santos, y no podían alcanzar si el culto que se les tributaba era de dulía o de latría, conmemorativo o de adoración, tomaron, juzgando aquella religión por la suya, al cristianismo por una especie también de politeísmo, y como las historias de la aparición corporal del apóstol Santiago en forma de guerrero ayudando a los conquistadores y matando idólatras se referían a cada paso, ya en los combates de Hernán Cortés en México, ya en la defensa de Cristobal de Oñate en Guadalajara, ya en la conquista de Querétaro por el cacique don Nicolás de San Luis, ya en la toma de la fortaleza del Mixtón por las tropas de don Antonio de Mendoza, acompañadas siempre del triunfo del ejército cristiano, los indios llegaron a convencerse de que el apóstol Santiago era una divinidad independiente, formidable protector de los españoles y el más terrible enemigo de los rebeldes; que era necesario tenerle propicio y buscar su apoyo, supuesto que daba siempre la victoria a los cristianos, aun cuando no fueran españoles, como se refería de la conquista de Querétaro a la que solo fueron tropas indígenas a las ordenes de don Nicolás de San Luis y de otros caciques.

   "De allí viene la gran devoción de los indios por el apóstol Santiago; así se explica que apenas puede encontrarse una iglesia en un pueblo en donde no se vea la imagen, siempre en escultura, del apóstol, montado en un caballo blanco, con la espada desenvainada y en actitud de combate , y por más que un pueblo haya sido colocado por los cristianos bajo la advocación de otro santo, la fiesta de Santiago Apóstol se celebra en todos con gran solemnidad. Por la manera con que fue establecido el cristianismo, por el carácter de la raza, y quizá también por la impresión que en los ánimos habían dejado los antiguos ritos y que se ha transmitido como un rasgo del espíritu a todas las generaciones sucesivas, hay en el fondo del cristianismo de los indios mucho de triste y de sombrío. Como los padres de la iglesia africana, los indios o no creen o no aprecian la hermosura corporal de Cristo, y hasta parece que como la iglesia bizantina estarían dispuestos a sostener tenazmente la fealdad material de Jesús". (1)

   Y llegamos a Valle de Santiago y el Santiaguero con su Santiaguito siguió su camino. Las siguientes fotografías son las últimas imágenes de Señor Santiago que he visto por mi andar en el rumbo del oriente de la ciudad de México, en Nextipan y en Chalco.







    Curioso detalle en la parroquia de Chalco, Estado de México, en la que, al caballo blanco del Señor Santiago le han llevado su propia ofrenda, y le han dejado alfalfa fresca... lo dicho por Riva Palacio (eso que subrayé), es, insisto, para analizar profundamente.

Fuente:

1.- Riva Palacio, Vicente. México a través de los siglos. Tomo V. Editorial Cumbre. México, 1986. pp.76-77

1 comentario:

  1. Excelente publicación que explica el meollo de la idiosincrasia religiosa del país. Una aseveración que con pocas palabras expone la raíz de una sutil y frágil fe de muchas personas que en ocasiones se asemeja a la idolatría. Ahora, cuantos siguen a una religión por costumbre y tradición, pero mas no por convicción?

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