Confieso que el tema de la Revolución de 1910 no es muy de mi agrado, nunca lo ha sido, el ver que uno asesina al otro y el siguiente al que viene, el empobrecimiento de unos y el enriquecimiento de otros no acaba de atraerme, razón por la cual ese episodio de la Historia de México no lo conozco del todo. Como quiera he consumido muchas fotos de esos tiempos, por consumido quiero decir que he visto con atención las imágenes, y ocurrió que este sábado, por azares de la vida, el único periódico de la ciudad de México que conseguí por Salamanca fue La Jornada, eran ya las 5 de la tarde, El Universal y Reforma estaban ya agotados. Lo compré y lo leí, su portada llamó enormemente mi atención cuando la vi con detenimiento, era una fotorgrafía de la entrada de los ejércitos villistas, por un lado, y zapatistas por el otro a la ciudad de México un día como ese, 6 de diciembre, de 1914, esto significa en nuestro calendario festivo del cual somos tan asiduos, un Centenario más para recordar. En el interior venía un artículo sumamente interesante en el que, sirviéndose de varios textos de distintos autores, nos deja ver lo que ocurrió ese día. Al final aparece un extracto, poco menos de una cuartilla de lo que Paco Ignacio Taibo II escribió en referencia a esa fecha. El texto me parece intenso, preciso, toda una lección breve y concisa de lo ocurrido ese día. La forma en que el escritor cierra el párrafo me parece una delicia: "Nadie podrá explicarse la Revolución Mexicana si no se explica esta foto".
"Y al fin los hombres de la Convención, zapatistas, villistas y lo que comenzó a llamarse la tercera posición, entrarán juntos a la ciudad de México el domingo 6 de diciembre. Los zapatistas salieron de Tlalpan, de los cuarteles de San Lázaro, de San Ángel; los villistas de Tacuba y la hacienda de los Morales. Se concentran en la Calzada de la Verónica (hoy Melchor Ocampo). […] Millares de pañuelos, millares de mirones. Villa dirá: Como nunca se había visto.
Gracias a una foto, supuestamente de Casasola, el autor de este libro ha podido identificar a los generales que abren la descubierta sobre la avenida San Francisco. Tras dos cornetas zapatistas en pequeños caballos, Lucio Blanco, mirando un reloj que marca las 12:10. En un segundo plano Otilio Montaño observando los balcones del lado izquierdo, aún con la venda de la última herida en la frente. El jovencísimo Rafael Buelna. Urbina, mirada fiera, al frente con salacot. Zapata, Villa (que va conversando con Emiliano), entre ellos Everardo González y a su derecha Rodolfo Fierro en un caballo blanco, con un puro en la mano y la mirada retadora. Y en la esquina de la derecha el secretario de Villa, Luis Aguirre Benavides (a la derecha y fuera de cuadro, en muchas versiones de la foto, Madinaveytia y Pérez Rul). Los ocho generales que abren la marcha eran hace cinco años un campesino, un maestro rural, un estudiante, un cuatrero, un caballerango, un bandolero, un campesino y un maquinista de tren. Nadie podrá explicarse la Revolución Mexicana si no se explica esta foto.
* Paco Ignacio Taibo II - Pancho Villa – Una biografía narrativa, México, Planeta, 2006, p. 451.
Y esta otra fotografía capturó mi atención. Nunca había visto una escena revolucionaria en la que apareciera la imagen guadalupana... en buena medida concentra la esencia espiritual de nuestro país, la había ubicado en todos los movimientos sociales que han habido en México (no en los del siglo XXI ni en lo de la última década del XX, aunque creo haber visto una foto de una marcha de zapatistas, del EZLN), enarbolando el consabido estandarte.
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En mi opinion es un gran tema.
ResponderEliminarSi analizas a fondo las consecuencias de la revolucion mexicana, te darás cuenta de como era el problema y lo que se queria lograr al final