Si en algo ha sobresalido siempre Zacatecas, en términos de arte colonial, siempre ha sido en la extraordinaria Catedral que posee. Difícil de describir pues el barroco llevada a su máxima expresión es lo que se nos presenta allí.
En más de un par de ocasiones me han criticado por hacer tanta mención de los santos, sus nombres, fechas y atributos, solo que... sí no partimos de allí no podremos entender la razón por la cual la exuberancia del barroco es tal. Un santo debía colocarse, dependiendo de su importancia, en el nivel que le corresponde al ser representado en un conjunto en donde habrá al menos tres diferentes secciones, más arriba y al centro se va, más importancia reviste.
En la fotografía anterior vemos dos de las cuatro esculturas que custodian la puerta principal, estas son las del lado izquierdo, corresponden al Apóstol Santiago y San Pedro, ambos ya sin manos de donde, seguramente, colgaban sus atributos. Y la foto que ahora vemos es la ventana del coro, a sus lados aparecen dos de los cuatro doctores de la Iglesia, San Jerónimo y San Agustín, los otros dos serían San Gregorio y San Ambrosio.
Tratar de entender la portada de la Catedral es cosa difícil, flores, uvas, hojas, caras, escudos, de todo aparece allí, de pronto se vuelve un encaje que no deja espacio a una parte lisa de cantera, algo en verdad sorprendente.
Este es un claro ejemplo de lo que, en términos arquitectónicos se denomina arco mixilínieo, el cual no es un arco simple, sino un arco que va evolucionando, creando formas caprichosas que va rematado con una serie de contornos que lo vuelve más caprichoso aun.
Según el maestro Manuel González Galván las columnas barrocas se pueden clasificar en varios, digamosle así, sub-estilos: estucado, talaveresco, purista, de estrías tablerado, tritóstilo... creo que en ninguna de esas clasificaciones entran las columnas que ahora vemos.
Ahora si vemos a los cuatro Doctores de la Iglesia, al nivel de la ventana del coro, las cinco esculturas que aparecen en la parte alta me son difíciles de identificar. pero hay algo curioso que encontramos aquí: un par de escudos. Uno de ellos, se pierde entre la filigrana de cantera, está a la izquierda, justo al lado del primero de los cinco santos del último cuerpo, es el escudo de la Santa Sede. Al otro lado, al finalizar la hilera de santos, está uno borrado, indudablemente que era el de la Corona española que fue mandado borrar una vez consumada la Independencia.
Soberbio es el nicho donde se encuentra San Pablo... quizá fue durante la revolución que perdió esta escultura y las demás sus manos... en este caso le hace falta la espada apuntando hacia abajo.
Por donde se le vea, desde cualquier ángulo, la Catedral de la Virgen de la Asunción en Zacatecas nos ofrece más y más detalles, dicen que, dependiendo de la hora es el color que refleja su cantera.
Ahora estamos en la fachada norte, la dedicada al Señor de la Parroquia. Nos llama la atención esas cariátides de marcada influencia indiana.
Aunque de manufactura más sencilla, la representación del Señor de la Parroquia es hermosísima.
Una de las bases de las columnas de la portada norte.
Y ahora nos vamos a la portada sur, la dedicada a Nuestra Señora de los Zacatecas.
Frente a la Catedral hay un pedestal un poco dañado que muestra los nombres de cada uno de los santos que aparecen en las fachadas, será bueno siempre saber quienes son los que allí aparecen para entender mejor lo que toda la obra quiso representar cuando fue concebida, en este caso, la estructura de la Iglesia es lo que allí interpretamos.
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