Ayer veíamos la historia de José Lino de Jesús, el niño que bien se puede catalogar de héroe en la Baja California Sur, no un heroísmo patrio, sino un heroísmo humano y más aun heroísmo dentro del circulo familiar, pues él, por amor filial salvó la vida de su padre pero perdió la suya. Erra un niño de apenas once años y ahora, la fotografía que vemos es un niño que en 1913 formaba parte de alguno de los ejércitos formados durante el movimiento denominado la Revolución Mexicana, solo que, revolución ya había habido antes, cien años atrás cuando el cura Hidalgo inició un movimiento revolucionario, en fin, dejaremos para otra ocasión la disertación de las revoluciones mexicanas.
En el blog que decidí desarrollar durante el 2010 para conmemorar, a mi modo y, más bien como una aportación personal a los festejos del Bicentenario en el que recorro la Ruta de Hidalgo marcada con las http://cabezasdeaguila.blogspot.com he ido aprendiendo muchos de los detalles de la vida cotidiana acontecida durante los años de la guerra de Independencia, me sorprende por un lado que no se haya difundido la participación de la mujer durante el movimiento, como quiera nuestra lista, hurgando por todos lados, me ha llevado a tener un registro de 250 nombres, apodos o tan solo referencia, de mujeres que se integraron al ejército Insurgente. Así que 250 nombres conocemos, pero cientos, tal vez miles más desconocemos. Peor aun para nosotros, los desmemoriados mexicanos, solo hemos podido rescatar un solo nombre de un niño que participó activamente: Narciso Mendoza, el niño artillero que formaba parte del ejército infantil denominado Los Emulantes y que comandaba el hijo de José María Morelos, Juan Nepomuceno Almonte.
En otro trágico acontecimiento, este en Pénjamo en 1814, fueron hechas prisioneras más de 300 mujeres y remitidas a las cárceles denominadas "Las Recogidas" de Irapuato y Guanajuato: muchas de ellas llevaban a sus niños en la penosa caminata que tuvieron que hacer por la geografía guanajuatense y en penosas condiciones murieron algunas en esas prisiones, evidentemente varios niños también murieron.
Quizá tengamos que esperar al 250 aniversario de la Independencia (2060) para darnos cuenta que nuestra memoria histórica colectiva sigue en deuda con todos esos niños que perdieron la vida durante los largos once años de la larga guerra de Independencia en México y la pregunta me surge ya que seguimos celebrando el Bicentenario, recordemos la célebre frase de que "esto no se acaba hasta que se acaba" y si vemos las efemérides de estos días de abril, era cuando llevaban ya preso a Hidalgo y los demás, casi novecientos, a sus destinos finales, unos a Durango, los religiosos; otros a Chihuahua, los militares Insurgentes y los demás acabaron en distintos paredones a lo largo del camino, así que la pregunta es: ?Cuántos niños habrán ido allí?
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