sábado, 12 de marzo de 2011

Zacatecas en el Camino Real de Tierra Adentro.

El Camino Real de Tierra Adentro, también conocido como Camino Real de la Plata, fue la ruta que unió paulatinamente a la ciudad de México, capital del entonces virreinato de la Nueva España con las lejanas y muy extendidas regiones del Norte. Su traza y uso comenzaron alrededor de 1550 cuando las ricas minas de Zacatecas descubiertas cuatro años atrás por el minero y explorador vasco Juan de Tolosa se encontraban en una naciente prosperidad mantenida en forma regular durante el periodo colonial.

En sus primeras épocas saliendo de la ciudad de México el Camino Real pasaba por Cuautitlán, Tepeji del Río, San Juan del Río, Querétaro, San Miguel el Grande, Ojuelos, Bocas, Ciénega Grande, Cuicillo, Palmillas y Zacatecas. Esta primera extensión de la ruta tuvo como origen el hallazgo y beneficio de los ricos filones de la plata zacatecana. La poderosa demanda de bienes de consumo por la población de Zacatecas, así como de insumos industriales para beneficio de metales, convirtió al Camino en una de las vías con mejor tránsito en la colonia.

De sur a norte sobre el lomo de mulas o en carretas de madera tiradas por bueyes, se acarrearon grandes cantidades de maíz, trigo, verduras, pescado, carne seca, ropa y enseres, así como hierro, sal, herramientas y mercurio. Sobresalían los productos de importación, Tales como vinos, aceites de oliva, telas y loaza de la China. De norte a sur el principal y casi único producto transportado en grandes recuas fue la plata zacatecana, de donde el camino tomó su nombre. La vía fue al mismo tiempo senda para la instalación de nuevas poblaciones españolas e indígenas del norte y propiciador de consolidación de diversas comunidades agrícolas y ganaderas surgidas para mantener el abasto de la minería norteña.

En el actual territorio de Zacatecas, la traza invadió los dominios de los indómitos grupos chichimecas, (huachachiles y zacatecanos principalmente) que respondieron con furor ante la presencia del invasor, merodeando la ruta durante sus primeros cincuenta años de existencia, protagonizando un período escrito con sangre al que le han conocido como Guerra Chichimeca. La minería y las ansias españolas de posesión de los territorios generaron las posteriores extensiones del camino hacia el norte. Durante el siglo XVI fueron activándose nuevos centros mineros como Mazapil, en 1554, San Martín Sombrerete, Chalchihuties en 1555, Nieves en 1564 y fresnillo en 1566, la ruta siguió desenvolviéndose.

El Camino Real de Tierra Adentro fue el primer elemento que aglutinó lo zacatecano como espacio geográfico y cultural, uniendo minerales, haciendas y villas. La conquista de la Nueva Vizcaya (1562), el Nuevo Reino de León (1581) y el Nuevo México (1598) fueron gestas realizadas sobre este Camino, el cual llegó a su parte más septentrional hasta el Paso del Norte, San Juan de los Caballeros y Santa Fe de Nuevo México. Los franciscanos de la provincia de Zacatecas lo recorrían incesantemente en su labor evangelizadora y misionera. La población de Nuevo Santander y Texas constituyen ejemplos palmarios de esta actividad. La prolongación de la vía implicó de manera permanente la apropiación española de grandes latifundios, así como la fundación de nuevas villas y pueblos, a uno y otro lado del río bravo. Ya en los siglos XVII y XVIII el Camino Real de Tierra Adentro era una de las rutas más transitadas en el norte del continente americano.

Notas tomadas a lo largo del Camino en los carteles informativos de INAH respecto al Camino Real de Tierra Adentro. Las fotos igualmente fueron tomadas a lo largo del Camino en el estado de Zacatecas.

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