Una sinfonía en cantera: Zacatecas. Patrimonio de la Humanidad

Y llegamos a la meta trazada, recorrer en medida de lo posible el Camino Real de Tierra Adentro no precisamente a lo largo de lo que fue su traza original, sino en los medios de transporte públicos actuales. Nos faltaron varios puntos por visitar, pero eso lo dejamos para mejor ocasión en el futuro cercano (espero), así que estamos ya en lo que fue la razón de su construcción del camino al inicio del virreinato: conectar a la ciudad de México con Zacatecas; llegamos a Zacatecas.

Zacatecas obtuvo su título de Patrimonio de la Humanidad hace ya tiempo, en 1993; ahora vemos que, inteligentemente se está haciendo una red, una trenza de los Patrimonios dados en México para relacionarlos unos con otros. La ciudad de México, punto inicial del Camino Real, obtuvo el título, lo que es el Centro Histórico, en 1987, el centro histórico de Querétaro lo obtuvo en 1996; San Miguel de Allende y el Santuario en Atotonilco en 2008 y Guanajuato en 1998. Todo esto quedó unido en 2010 al dársele título al Camino Real de Tierra Adentro.

Zacatecas indudablemente que merece el título solo que, desde mi muy personal óptica veo dos problemas, el primero y grave, la basura. La verdad sea dicha el centro histórico zacatecano no brilla precisamente por su limpieza, a esto le aunamos que, siendo una ciudad más bien grande, tiene un tránsito de vehículos fuerte. En el centro son pocas las calles por donde los autos se mueven y, siendo muchos, a los peatones como que no nos tienen mucho respeto y creo, eso en una Ciudad-Patrimonio no aplica.

La otra cosa es que al ver la publicidad que sobre la ciudad se hace la enfocan como una ciudad colonial y cuando uno llega ve tres portentos coloniales: la Catedral, el templo de Santo Domingo y las ruinas del convento franciscano, el resto de los magníficos edificios son más bien del siglo XIX, lo cual crea, si, en efecto, una visión muy interesante, pero que sea una ciudad netamente colonial, creo que no.

Al respecto platicaba precisamente con un zacateacno avecindado en el centro de su ciudad y me decía, entre otras cosas, de esa indefinición. Me contaba del problema que los residentes del centro tienen con los estacionamientos y yo agregué el problema que nosotros, los visitantes, tenemos con los baños: no hay baños públicos, las opciones son volver al hotel o aprovechar el de los restaurantes, cosa que no siempre es posible.

No sé si será una idea mía pero, en ciudades altas y frías uno que no está habituado a ambas cosas le viene eso que es una mediana incontingencia, consecuentemente el baño se neceista YA! ahora, no para buscar en donde hay uno, entonces si somos varios los que padecemos eso será bueno buscar una solución para los baños públicos.

Pero de que la ciudad es bella lo es. De que hay una buena oferta de museos, lo hay. El Museo Zacatecano es una muy grata visita; fue reestructurado a consecuencia del Bicentenario y ahora las salas que ofrece nos dan una muy buena visión de los pasajes históricos más interesantes de Zacatecas. La exposición de retablos es fascinante, asimismo la de arte Huichol y ni que decir de la Sala dedicada a Manuel M. Ponce y la de Numismática.

El trabajo de rescate del que fuera Convento franciscano es en verdad hermoso. Es uno de los primeros edificios derruidos que veo les dieron un uso digno, dejando los vestigios tal cual, engrandeciéndolos con áreas jardinadas y dándonos una excepcional exposición de máscaras en el Museo Coronel que allí instalaron. Las fotografías nunca te las podré compartir porque quedaron en la cámara que me fue robada, lamentablemente.

De la Catedral que te puedo decir que no hayas oído ya, es magnífica. De ella si tengo fotografías, mismas que más adelante te mostraré, así como las del templo de Santo Domingo y de lo que quedó del templo agustino.

Algo interesante que vi allí fue esa recuperación de las tradiciones dulceras, se venden una buena cantidad de dulces artesanales tanto de Zacatecas como de otros estados, muchas salsas y mezcales, mucha artesanía huichol y, solo te recomiendo, por aquello de las dudas, que cuando vayas al espectáculo callejero de los payasos en la explanada del teatro Calderón tengas cuidado con tu bolsa, fue allí en donde me robaron la cámara.

Ese inconveniente del robo no me permitió seguir disfrutando de la ciudad, del espectáculo de luz y sonido que cada noche presentan en las paredes del que fuera templo agustino y que hoy forma parte del conjunto universitario. Solo lo vi de pasada al ir a reportar el robo, así que no me detuve a admirarlo.

Hay más cosas que ver en Zacatecas, la antigua plaza de toros que ahora es un hotel, el acueducto, la mina, el teleférico, el museo que hay en el cerro de la Bufa, en fin, si vas para allá al menos 4 días completos requieres. Para que te acabes de convencer, te dejo unas fotos más.